sábado, 26 de mayo de 2012

Capítulo 67.

8 años después.
[Narra Ana]
Me acababa de llegar un mensaje "Hemos roto aguas, estamos en Saint Thomas' Hospital xx". Nuestra vida había cambiado bastante en estos 8 años y parecía que hoy, 20 de mayo de 2022 iba a volver a cambiar.
Después de casarnos, Harry y yo nos fuimos de luna de miel a Punta Cana. Allí lo pasamos genial y fue un tiempo maravilloso pero pronto se tuvo que ir de tour con los chicos. Vivimos en Sevilla hasta que acabé la carrera hace 4 años, entonces nos mudamos a Londres con nuestra pequeña Darcy. Sí, nuestra hija. Nació el 5 de marzo de 2015 y es la niña más guapa de este mundo. Su pelo es igual de rizado que el de su padre y tiene la misma sonrisa, esa que hace que se le marquen los hoyuelos. Me recuerda mucho a él, no solo por el físico sino en la forma de ser, claro que en eso le han influido mucho Niall, Zayn, Liam y Louis, sobretodo Louis.
- Darcy, vámonos al hospital - dije desde la cocina.
- ¿Por qué? ¿Pasa algo malo? - dijo con cara preocupada y es que, a pesar de sus 7 años, es muy lista.
- No, todo lo contrario - sonreí - Vas a conocer a tu primito o primita nueva.
- ¿Ya? - dijo sorprendida - ¡qué bien! Espero que sea una niña, así podré jugar con ella.
- ¿Qué pasa? - dijo Harry al entrar en el salón.
- Tenemos que irnos al hospital.
- ¡No me jodas que ya está de parto! - dijo llevándose la mano a la frente, asentí y sonrió con una felicidad enorme - ¡Vamos, deprisa!
Salimos corriendo de casa y nos montamos en el coche con destino a Saint Thomas' Hospital, teníamos muchas ganas de conocer al nuevo miembro de la familia.


[Narra María]
- ¡Niall, Greg! - grité desde el salón - ¡tenemos que ir al hospital ahora mismo!
- ¿Por qué? - preguntó Niall nada más entrar en la estancia.
- ¿Pasa algo mamá? - preguntó Greg preocupado.
- Me acaba de llegar un mensaje - lo abrí y lo leí en voz alta - Hemos roto aguas, estamos en Saint Thomas' Hospital.
- ¡Por fin! - Niall me miró con una gran sonrisa y me abrazó - Vamos, Greg, tenemos que ir rápido.
Salimos rápido de la casa y nos montamos en el coche, por el camino pensé en lo mucho que habían cambiado nuestras vidas en estos últimos ocho años.
Alejandra y Louis cogieron el ramo en la boda de Ana pero, después de que hablaran durante un rato, nos lo dieron a Niall y a mí diciendo que seguramente nosotros nos casaríamos primero. En ese momento no entendí el por qué, lo descubrí años después pero aun así lo acepté. Niall y yo nos casamos el 22 de junio de 2015, pensamos que esa fecha sería bonita ya que hacían tres años que nos conocimos así que nos lanzamos. Nuestra luna de miel fue en Bora Bora y la disfrutamos al máximo, tanto que me quedé embarazada y el 31 de marzo de 2016 di a luz a un precioso niño al que llamamos Greg. Tenía el pelo liso y castaño claro, los ojos igualitos que los de su padre y era igual de comilón que él. Era un niño muy curioso, le encantaba jugar al con Darcy, Harry, Niall, Liam y Louis y adoraba ver el fútbol con sus tíos. Por supuesto, sabe hablar español ya que, además de que su padre y yo se lo enseñamos, estuvimos viviendo en Sevilla hasta que acabé la carrera en 2018 y decidimos mudarnos a Irlanda. Llevábamos varios días en Londres para poder estar aquí cuando llegara el momento en el que naciera la personita que todos llevábamos esperando mucho tiempo y ahora que había llegado, no podíamos esperar a llegar al hospital y ver su carita.


[Narra Ariadna]
Había leído el mensaje que me había llegado hacía unos minutos y que iba a cambiar nuestras vidas, la de todos. Me vestí y decidí despertar a los tres dormilones que estaban echándose la siesta de sus vidas. Sonreí al ver esa imagen tan tierna. Las tres cosas más bonitas de mi vida estaban durmiendo en el sofá abrazados. Pero tenía que despertarlos sí o sí así que empecé a darles miles de besos a todos hasta que se levantaron, les conté lo que pasaba y fueron corriendo a vestirse. Bueno, Zayn fue corriendo a vestirse y a vestir a los chicos mientras yo me quedaba sentada en el sofá pensando en lo que había pasado en este tiempo.
Zayn y yo nos casamos el 23 de diciembre de 2015, fue un día precioso aunque fuera estuviera nevando y tronando como nunca y nos lo pasamos genial. Recuerdo perfectamente cómo Zayn me pidió que nos casáramos: estábamos en el banquete de Niall y María cuando de repente me miró muy serio y me dijo que tenía un problema, le pregunté cuál era y me respondió que no le gustaba mi apellido, que quería cambiarlo a Malik. Obviamente, le dije que sí pero que debía pedírmelo en condiciones, con un anillo y esas cosas y entonces sacó una cajita del bolsillo de su chaqueta y me lo pidió delante de todos.
Nuestra luna de miel fue en Río de Janeiro, pasamos allí las navidades y fueron las mejores de mi vida, nunca había pasado unas navidades en bikini y a más de 30 grados de temperatura. Me quedé embarazada y el 13 de septiembre de 2016 nació Walter, le llamamos así por el abuelo de Zayn, ese que le apoyó tanto y le animó a meterse en el mundo de la música. Era igual que Zayn, igual de presumido, igual de guapo, igual de divertido y mostraba el mismo interés por Chris Brown. También, era el niño mimado de Niall, por eso de que cumplían años el mismo día. Nos mudamos a Londres nada más volver de la luna de miel y, en 2018, Ana, Harry, Darcy, Carla y Liam se mudaron nuestra misma urbanización. Además, ese mismo año, el 26 de octubre, nació la pequeña Alex, la niñita de mis ojos. Se llamaba a Alejandra, pero le decíamos Alex porque le pegaba más a una niña pequeña. Tenía el pelo moreno como yo, los ojos eran tan azules como los míos pero aun así era igualita que su padre.
- ¿Nos vamos? - preguntó Zayn desde la puerta.
- Claro - me levanté y salimos de allí.


[Narra Carla]
- Carla, despierta - Liam me acariciaba la cara - te ha llegado un mensaje, debemos ir al hospital - me incorporé rápidamente.
- ¿Ya?
- Sí, yo ya he vestido a Niall y a David así que ve a vestirte tú.
- Vale, gracias - le di un tierno beso y fui a nuestra habitación. Vaya, parecía mentira que ya hubiera llegado el momento. ¿Ya habían pasado nueve meses? Increíble, nadie lo diría. Mientras me ponía los zapatos me quedé embobada mirando una foto de nuestra boda. Liam y yo nos casamos el 1 de julio de 2018, varios días después de que acabara la carrera. Nuestra luna de miel fue en Las Bahamas y nada más volver nos mudamos a Londres, a la misma urbanización en la que vivían Ariadna, Zayn, Walter, Harry, Ana y Darcy. 
El 27 de enero de 2019 nació nuestro primer hijo, al que decidimos llamar Niall y el 23 de agosto de 2021 nació David, al que llamamos así por mi hermano. Niall se parecía mucho a mí y David era idéntico a Liam, incluso tenía una marca de nacimiento en el cuello.
-¿Carla? - gritó Liam - ¿tienes algún problema?
- No, no - respondí, me levanté y fui al salón, donde me estaba esperando Liam con David en brazos y Niall de la mano - Estoy lista.


[Narra Alejandra]
(Un día antes, 19 de mayo de 2022)
- Estoy agotada - suspiré y me tiré en el sofá.
- Es que en tu estado no deberías hacer tantas cosas - dijo Louis el sentarse a mis pies.
- ¿Y la niña?
- Está arriba poniéndose el pijama - rió - ya sabes como es, lo tiene que hacer todo ella sola, igual que tú.
- Ve a por ella anda, que ya he dejado la cena hecha - Louis se levantó sin rechistar y volvió con nuestra hija sobre sus hombros. Después de cenar nos acurrucamos los tres en el sofá para ver la nueva película de Bob Esponja, nuestra favorita.
- ¿Tienes sueño? - pregunté al verla bostezar.
- No - negó con la cabeza.
- ¿Sabes que les pasa a las niñas que mienten? - dijo Louis, ella volvió a negar con la cabeza - Que sus padres les atacan con muchas cosquillas - le levantó la camiseta y le hizo pedorretas en la barriga.
- Vale, vale - dijo nuestra hija - os diré la verdad - dijo sin parar de reír - tengo mucho sueño.
- Venga, vámonos a la cama - me incorporé pero Louis me lo impidió.
- De eso nada, la acuesto yo - la cogió en brazos - tú quédate aquí o vete a nuestra cama, yo iré enseguida.
- De acuerdo - nos dimos un tierno pico. Me levanté con mucha dificultad y me fui a nuestra habitación a duras penas, me tiré en la cama e intenté dormir. Había pasado una hora y Louis no había vuelto así que me levanté con mucho cuidado y fui a la habitación de nuestra hija. Sonreí. Louis se había quedado dormido mientras le leía un cuento y ahora estaban los dos durmiendo abrazados. Decidí dejarlos así y volví a la cama y, no sé por qué, mi cabeza le dio vueltas a lo que había pasado estos últimos ocho años.
Tras coger el ramo, Louis y yo nos dimos un gran beso pero luego nos dimos cuenta de que no seríamos los siguientes en casarnos así que le dimos el ramo a Niall y a María. ¿Por qué? Yo tenía 18 años, había empezado a estudiar medicina y Louis tenía 22 y pronto se iría de tour así que decidimos que no era el momento. Lo mismo pasó durante los tres siguientes años hasta que, el 22 de junio de 2017, Louis me llevó a la playa y, por fin, me pidió que nos casáramos. Acepté ¿qué mas daba la carrera y los tours? Nos casamos el 22 de julio de ese mismo año y nos fuimos de luna de miel a la casa de mis tíos en Gandía. Sí, pensaréis que era muy cutre pero nos pareció precioso irnos de pasar un mes al sitio donde más o menos, empezó lo nuestro. Por cierto, ¿sabéis quién cogió mi ramo cuando lo lancé ne la boda? Lottie. Ahora está viviendo con su novio, Ashton. Sí, Ashton. Se conocieron en mi boda y se enamoraron. Pero bueno, sigamos con mi vida.
Louis y yo estuvimos viviendo en Sevilla hasta 2019, año en el que me fui de erasmus a Oxford. Terminé el curso allí y en 2020 terminé los seis años de estudio de medicina. Entonces, tocaba empezar los 4 años del MIR así que nos mudamos al piso de Louis y Harry de Londres y los hice allí. Me quedé embarazada el año del erasmus y tuve a una preciosa niña el 27 de enero de 2020 al la que llamamos Cassidy. Bueno, la llamé. Louis se fue de tour mundial cuando yo llevaba ocho meses de embarazo y no pudo venir el día que nació nuestra hija, llegó un mes más tarde. Jay y mis padres estuvieron conmigo y fue su madre la que lo llamó para avisarle de que ya era padre. Enseguida me llamó y decidimos llamarla Cassidy, él propuso ese nombre porque sonaba a nombre de chica pija, de niña de papá. Cuando Louis llegó al mes siguiente no paraba de mirarla y de decir lo mucho que se parecía a mí pero la verdad es que ahora que tiene tres años, todos pensamos que es exactamente igual que Louis. Físicamente y, por supuesto de forma de ser. Es muy divertida y se pasa el día haciendo bromas a pesar de su poca edad, su pelo es como el mío pero el resto lo ha sacado todo de Louis. Es muy inquieta y siempre está haciendo cosas, es la alegría de la casa y la alegría de su tío Harry, que no vive sin su hija y sin Cassidy.
Pero ahora va a estar acompañada porque estoy embarazada, este mes salgo de cuenta y solo sé que vienen gemelos, no sé su sexo, o dos chicas o dos chicos. Por eso está todo el mundo muy emocionado porque, si son chicos, alegrarían la vida de Louis y es que él siempre ha querido tener un hijo al que llamar Thomas. Es la primera vez que Louis está aquí a la hora de tener un bebé y es por eso por lo que me cuida mucho y está especialmente nervioso.


(20 de mayo de 2022)
Nada más despertarme me fui al salón a desayunar, estaba hambrienta y me sentía rara, muy pesada. Cassidy bajó y se sentó conmigo en el sofá.
- Eh, cielo - dijo Louis al aparecer en el salón - ¿te importa si cojo a mi pequeña princesa un momento?
- Claro que no, de todos modos tenía que levantarme para haceros té - Cassidy se sentó en el regazo de Louis y empezaron a hacer tonterías, eran inseparables. Me levanté y me fui a la cocina. Cuando volvía con los tés en la mano escuché lo que Louis le susurraba a Cassidy.
- Vale cariño, necesitamos aclarar esto. Cuando seas mayor serás la niña de papi, solo la niña de papi. Quizás entristezca a mami pero ella te va a traer dos hermanitos o hermanitas y ellos podrán ser los niños o las niñas de mami. Vale, repite esto: Soy la niña de papi y lo quiero mucho - hizo una pausa - y es el papi más guapo del mundo.
[Narra Louis]
- Estoy de acuerdo - dijo Alejandra dejando los tés en la mesa - por eso me casé contigo, porque me abrumaste con tu belleza - reímos y, de pronto se sentó en el sofá con cara de susto.
- Eh ¿te pasa algo? - pregunté asustado.
- Creo que he roto aguas - miró sus pantalones - eso, o me he meado encima.
- ¡Oh Dios! - me levanté de un salto, cogí a Cassidy y me la llevé a su habitación, la antigua de Harry, para vestirla - ¡quédate ahí, ahora mismo nos vamos al hospital! - grité desde allí.
- Papi ¿qué le pasa a mami?
- Nada cielo, tenemos que vestirnos rápido para ir al hospital - le puse sus pantaloncitos rojos, una camisetita de blanca con rayas azules, unos botines blancos y la peiné - mira, vas vestida como papi.
- ¡Sí soy igual que papi! - gritó feliz, era preciosa, la niña más bonita que hubiera podido tener con la mujer más guapa que había en este mundo. La cogí y volvimos rápido al salón.
- ¿Estás bien? - pregunté, Alejandra respiraba profundamente mientras intentaba mantener una postura cómoda.
- Sí pero vámonos ya, por favor - salí del piso, metí a Cassidy en el coche y subí a por Alejandra, la agarré fuertemente por la cintura y la bajé. Conduje lo más rápido que pude por las calles atascadas de Londres hasta que por fin llegamos al hospital. Cogí a Cassidy en brazos y ayudé a Alejandra a salir del coche, la senté en una silla de la sala de espera y fui a hablar con la enfermera del mostrador.
- ¿Qué le ocurre? - preguntó.
- Mi mujer a roto aguas - dije histérico, me faltaba aire.
- Mami va a darme dos hermanitas - dijo Cassidy bailando en mis brazos.
- Bien, deme sus datos - dijo la enfermera.
- Alejandra Tomlinson, 26 años.
- ¿Ha tenido hijos antes?
- Es obvio que sí - dije señalando a Cassidy - perdón, es que es la primera vez que estoy aquí cuando mi mujer está de parto y estoy muy nervioso.
- No pasa nada - sonrió - coja una silla de ruedas y llévela a la habitación 7.
- ¿Puede ser la 444? - pregunté - es que nos inspira más confianza.
- No, el paritorio está en la planta baja así que las habitaciones de las parturientas están en la planta baja.
- Vaya, gracias.
- Enseguida le mandamos a una doctora.
Fui al montón de sillas de ruedas que había en lado el mostrador, cogí una y fui corriendo hacia donde estaba Alejandra, la senté con mucha dificultad y la llevé a la habitación que me dijo la enfermera, la tumbé en la camilla, le puse la bata del hospital y me senté a su lado a esperar a que llegara la doctora. Escribí un mensaje para los chicos y se lo mandé "Hemos roto aguas, estamos en Saint Thomas' Hospital xx."
- Buenas tardes, siento el retraso - una doctora joven, de la edad de Alejandra más o menos, entró en la habitación, en su tarjeta podía leerse "C. Hudson". - Soy la doctora Cathy, Cathy Hudson.
- Yo Louis, Louis Tomlinson y ella es Alejandra, mi mujer.
- Sé quien eres - rió - soy fan tuya.
- Qué casualidad - me sorprendió que fuera fan mía pero luego pensé que era normal, habían pasado 12 años desde que se formó One Direction y nuestras fans habían crecido a la vez que lo habíamos hecho nosotros.
- A ver, Alejandra ponga las piernas hacia arriba - ella le obedeció - Ha dilatado muy poco, tendremos que esperar.
- Pero vienen dos - aclaré - no soy médico ni mucho menos pero cuando vienen dos hay que sacarlos por cesárea ¿no? Al menos así nacieron mis hermanas.
- ¿Son gemelos? - preguntó sorprendida.
- Bueno, no sabemos el sexo.
- Vale, voy a por el cirujano - salió y volvió a los pocos minutos - Alejandra, vamos a llevarte a la sala de partos, ya está todo preparado.
- De acuerdo - sacaron la camilla al pasillo y, en ese momento, vi a Ana y a Harry entrando en el hospital con la pequeña Darcy, silbé y los llamé.
- Quedaros con Cassidy ¿vale? - le pasé mi hija a Harry, él la cogió en brazos - nos vamos ya a la sala de partos, tendréis que esperar fuera.
Los médicos corrieron con la camilla en la que iba Alejandra y yo corría a su lado. Al llegar al paritorio, me puse una bata verde, un gorro y una mascarilla del mismo color y pasé con el resto de los médicos. Le pusieron anestesia local a Alejandra en el vientre y yo me quedé allí, a su lado, sin soltarle la mano. Ella me miraba y sonreía para evitar que le doliera demasiado y yo hacía lo mismo hasta que finalmente escuchamos los primeros llantos de un bebé y después escuchamos que a esos llantos se le unían otros. Miré a Alejandra y vi que estaba llorando, cerraron el corte y la besé. Pasada una hora, incorporaron la camilla y nos dieron a nuestros bebés.
- Enhorabuena, son dos niños muy sanos - miré a Alejandra muy orgulloso, por fin tenía a dos niños, mis niños. Dejé que ella estuviera un rato a solas con los bebés y salí del paritorio con una gran sonrisa y los ojos empapados en lágrimas de felicidad, al verme salir todos los chicos se levantaron y me miraron esperando a que yo dijera algo.
- ¡Son dos niños! - grité. Todos se acercaron a mí y nos dimos un gran abrazo en grupo.
- ¡Dos nuevos miembros para One Direction! - gritó Liam - ¡ya somos 19!
- Cuando la suban a la habitación podréis verlos. Volví a la sala de partos pero ya no estaban los bebés.
- ¿Y los gemelos?
- Se los han llevado a las matronas para que los pesen y les den los primeros biberones - sonrió.
- Gracias.
- ¿Por qué?
- Por soportar tanto dolor solo para hacerme el hombre más feliz del mundo, te amo.
- Siento interrumpir pero vamos a llevarnos a la señorita Tomlinson a la habitación - cogieron la camilla y la dejaron en la habitación 7. Al rato, nos trajeron a los bebés, Alejandra cogía a los dos mientras yo les hacía caricias el las manos.
- ¿Se puede? - preguntó Harry al otro lado.
- Claro - dijimos los dos a la vez. Entonces entraron todos y rodearon la cama mientras decían lo monos que eran, cogí a Cassidy en brazos.
- Mira, son tus nuevos hermanitos.
- ¿Cómo se llaman? - preguntó.
- Eso, ¿cómo los habéis llamado? - preguntó Zayn.
- Tom - dije yo.
- Y Harry - dijo Alejandra, miramos a Harry y una gran sonrisa apareció en su cara e incluso se le humedecieron los ojos.
- ¿Quién es el pequeño Hazza? - preguntó.
- Este - dijo Alejandra - toma - Harry lo cogió con mucho cuidado y rió emocionado.
- Mira, Darcy - se agachó para que ella pudiera verlo - dile hola al primo Harry.
- Hola - dijo ella tímida - ¿puedo cogerlo?
- Ahora no porque es muy pequeño - dijo él - quizás en varios meses sí podrás.
- ¡Bien! - gritó.
- ¿Yo también podré? - preguntó Greg.
- Tu no - dijo Darcy.
- Yo sí.
- No.
- Sí.
- No.
- Sí.
- Tranquilos - dijo Alejandra - podréis cogerlos todos.
- ¡Bien! - gritaron todos los niños a la vez. 
- Tío, tienen toda tu cara - dijo Niall.
- No es verdad - dije. Entonces todos se acercaron y los miraron fijamente.
- Es verdad - dijo Alejandra - tienen tu cara de tonto.
Seguimos teniendo conversaciones agradables y alegras durante toda la tarde, los chicos se pasaron a Tom y Harry de forma que todos los tuvieron entre sus brazos por lo menos media hora. Por la noche, llegó la doctora Hudson y les pidió a los chicos que se fueran, ellos nos dijeron que volverían al día siguiente. Venía a hacerle las curas de la cicatriz a Alejandra así que cogí por primera vez a los dos a la vez.
- Thomas Tomlinson y Harry Tomlinson - suspiré - bienvenidos a One Direction.






Bueno pues ya está, esto ha acabado. Fin. No sé qué decir, no se me dan bien las despedidas ni nada por el estilo... Muchas gracias a todos los que habéis leído este fanfic, aunque no lo siguierais o no me pidierais que os avisara por Twitter, gracias porque sin vosotros no la hubiera seguido. Bueno, este es mi primer fanfic y creo que es una historia cualquiera, que podría haberla escrito cualquier otra persona pero me siento muy afortunada de haber sido yo porque gracias a ella he conocido a muchas personas que más tarde o más temprano se han convertido en mis amigas pro así decirlo. Gracias por apoyarme siempre ya sea desde la presentación o desde el capítulo 66, el caso es que siempre me habéis apoyado y os lo agradezco.
Quizás a algunos os haya parecido corta y a otros muy larga pero si os digo la verdad, me entristece mucho terminarla porque, puede que suene mal decirlo pero, a mí me ha encantado. Empezó siendo un poco patética pero mejoró a partir del capítulo 20 más o menos y la verdad es que me he dejado la cabeza escribiéndola, he reído escribiendo cosas divertidas y he llorado con las rupturas, las peleas y los momentos bonitos típicos de películas. Ahora mismo estoy llorando. Y es que me da mucha pena terminal algo que comenzó como una tontería, comenzó en plan "Venga, voy a escribirlo para no aburrirme, total, nadie me va a leer" y la verdad es que ha terminado muy bien. 
Espero que os haya gustado tanto como a mí y que no os haya decepcionado el final. Ahí os dejo mi nuevo fanfic Los días contados, acaba de empezar así que admito todas las sugerencias que queráis hacerme.
Ni que decir tiene que voy a dejar este blog abierto siempre por si algún día se os va la olla o estáis muy aburridos y queréis revivir esta historia de nuevo.
Os quiere muchísimo, 
Macarena Tommo xx.

sábado, 19 de mayo de 2012

Capítulo 66.

Era sábado 13 de febrero de 2014, dos días antes de la esperada boda. Las chicas y yo quedamos en mi casa para ir todas juntas en mi coche al aeropuerto ya que debíamos coger un avión con destino a Londres. Todas llevábamos una maleta enorme con varios vestidos por si había algún imprevisto o por si no nos convencía a última hora. Estábamos muy nerviosas y es que la boda era al día siguiente, anda que se dice pronto. Nosotras íbamos un día antes para ver a los chicos pero los padres de la novia y Pablo venían el mismo día de la boda. Llegamos al aeropuerto con mucho tiempo ya que la gente no solía irse de viaje en pleno curso, facturamos las cinco maletas sin problemas y desayunamos allí tranquilamente. Eché un vistazo al aeropuerto de Málaga, lo había visitado miles de veces los últimos dos años pero no lo veía de la misma forma y quien nos viera diría lo mismo, éramos las mismas chicas que habían conocido a sus ídolos hacía casi dos años pero la única diferencia, además de que éramos más mayores, es que una de nosotras estaba a punto de casarse.
No pude dormir durante el trayecto, siempre que me montaba en un avión o un coche o lo que fuera y que el viaje durara más de media hora me quedaba dormida pero esta vez no pude, estaba muy nerviosa. Si estaba nerviosa en ese momento, que ni si quiera era mi boda imaginaos cómo lo estuve unos años más tarde.
Después de aterrizar, pasar los controles y recoger las maletas, fuimos a la puerta de llegadas y allí estaban ellos. Cinco chicos, cada uno con una cartulina en las que ponían nuestros nombres y apellidos menos en la de la afortunada que se casaba al día siguiente, en esa ponía su futuro apellido. Dejé la maleta y me fui corriendo hacia Louis, él tiró la cartulina y abrió los brazos, salté y me aferré a su cintura con mis piernas y a su cuello con mis brazos mientras él me agarraba fuertemente por la cintura. Nos dimos muchos besos en las mejillas y, finalmente en los labios. Llevábamos poco más de un mes sin vernos y nos necesitábamos el uno al otro. Me bajé para abrazar y besuquear a cada chico, Louis cogió mi maleta y nos fuimos al parking. Allí nos dividimos en dos coches: el de Harry y el de Louis.
Cuando llegamos a la casa de los chicos me emocioné, la última vez que estuve allí fue hacía ya dos años y nada más que recordaba momentos buenos... y la ruptura con Harry pero ya no la recordaba con dolor sino con alegría porque gracias a eso ahora éramos felices cada uno por nuestro lado. Al subir a la habitación de Louis me emocioné más todavía, todos los momentos que vivimos allí habían sido maravillosos y seguramente viviríamos mucho más. Cada pareja se quedó todo el día encerrada en su habitación esperando con ansias al día siguiente.

- Buenos días madrina - dijo Louis antes de darme un tierno beso.
- Buenos días padrino - reí y nos besamos - ¿qué hora es?
- Las 7am.
- ¿Y por qué me levantas tan temprano? Eso no mola, Tommo.
- Porque la boda es en la ciudad natal de mi ahijado ¿recuerdas? Además tenemos que llevar a María y Niall puesto que los demás ya se han ido.
- Creo que no se dice ahijado cuando es una boda - reí.
- ¿Qué mas da? - rió - Soy el padrino y eso es lo que cuenta.
- ¿Vamos vestidos ya para la boda?
- No, es mejor que vayamos cómodos porque son varias horas en coche, metemos tu vestido y mi traje en una maleta y ya está.
- ¿Entonces puedo ir en pijama?
- ¿Desde cuándo eres una copiona? - reímos y empezamos a prepararlo todo. Cogimos una maleta muy grande que Louis tenía guardada en su armario y metimos su traje, sus zapatos, su laca para el pelo y su corbata.
- Lou, tengo un problema - me miró preocupado - he traído varios vestidos y tenemos que elegir uno ¡ya!
- Enséñamelos - saqué todos los vestidos y los puse encima de la cama - me gusta el rosa palo aquél pero yo voy a llevar la corbata verde agua para que vaya a conjunto de mis ojos así que quizás sea mejor que tu vestido sea del mismo color de mi corbata.
- ¡Excelente elección! - cogí el vestido que había dicho, los tacones que había traído a juego y lo metí todo en la misma maleta. Cogí un paquete de magdalenas de chocolate mientras que Louis metía nuestra maleta y la de María y Niall en el maletero. Ellos habían pensado igual que nosotros e iban en pijama, rezaba porque no se nos estropeara el coche y tuviéramos que bajar a empujarlo todos en pijama. Todo iba muy bien hasta que llegamos a un atasco.
- ¡No me jodas! - dijo Louis seguido de un suspiro.
- Creo que nos llevará un rato - dijo Niall asomándose por la ventanilla.
- Vamos a llegar tarde a la boda - dijo Louis.
- No, no vamos a llegar tarde a ningún sitio, calmaros - dije intentando tranquilizarlos.
- ¡A la mierda, yo no espero más! - dijo Louis después de cinco minutos sin avanzar - coged las maletas y preparaos para correr.
- ¿Y el coche? - preguntó María.
- ¡Que le den! - dijo Louis quitando la llave del contacto, salió y abrió el maletero - Además ya está muy antiguo, la escusa perfecta para comprarme otro mil veces mejor.
Niall, María y yo nos miramos, sonreímos y salimos del coche. Todo el mundo nos miraba qué vergüenza, por suerte ya solo estábamos a media hora de la ciudad así que no íbamos a morir por el camino. Ahí estábamos nosotros, cuatro personas corriendo por la autopista en pijama como si no hubiera mañana.
Tardamos en llegar una hora, eso significaba que quedaban dos para la boda. La ceremonia iba a ser en una iglesia pequeña pero muy coqueta que había a las afueras y la celebración sería en un pequeño parador a pocos metros de la iglesia en el que habían reservado habitaciones para los invitados que no pudieran volverse esa noche. Habíamos quedado en el parador para arreglarnos e y luego ir a la iglesia las chicas por un lado y los chicos por otro para que los futuros marido y mujer no se vieran. Nos separaron en dos salas para prepararnos, cosa que tardamos en hacer solo media hora. 
María llevaba un vestido naranja precioso con unos tacones del mismo color que resaltaba su pelo rubio que, en esta ocasión, se había rizado y colocado a la izquierda con dos trencitas que empezaban en el lado frontal de la cabeza y terminaban atrás. 
Ari llevaba uno vestido blanco perforado con escote de barco y unos tacones del mismo color. Ese color resaltaba el moreno que había conseguido al ir a Río de Janeiro a pasar las navidades con Zayn. El pelo lo llevaba recogido en un moño de estos que solían llevar las actrices a las entregas de premios, se había puesto carmín en los labios y se había pintado la raya de arriba de los ojos de color negro para destacar sus ojazos azules.
Ana se había hecho dos trenzas que se unían en un moño bajo y llevaba pequeñas gotas como de purpurina, estaba preciosa. Su vestido era de palabra de honor, con una cinta ancha en a cintura de un tono celeste muy muy claro, era largo, con la cola mediana y con mucho vuelo, parecía una princesa.
Carla se puso un vestido rosa bebé de media manga, ajustado y que llegaba por encima de las rodillas, llevaba un bolso pequeño en un tono un poco más oscuros y los tacones eran del mismo color. Ella se había dejado el pelo al natural ya que se lo había cortado y le llegaba por lso hombros de modo que no había mucho que hacer.
Mi vestido era de color verde agua, al igual que la corbata de Louis, que mis ojos y que los suyos, era de estilo griego con un hombro al descubierto y llegaba hasta la mitad de los muslos. El pelo me lo alisé lo mejor que pude pero me dejé algunos mechones rizados para romper un poco y me maquillé igual que Ari pero con la pequeña diferencia de que yo usé rímel para potenciar más mis ojos. Morí al ponerme los tacones, tenía los pies destrozados después de correr por la autopista y no quería ponerme esos taconazos. Me los puse después de refunfuñar durante un tiempo y fingí una gran sonrisa para que no se me notara el dolor.
- ¿Cómo estoy? - preguntó la novia.
- Preciosa, no me puedo creer que te vayas a casar ya - tenía los ojos húmedos, me estaba empezando a emocionar y ni siquiera había empezado la boda.
- Perfecta - dijeron las demás chicas. Mientras todas observaban aquél traje, alguien llamó a la puerta así que fui a abrir. Vi a un chico rubio, con el pelo desaliñado, traje gris, corbata naranja y una gran sonrisa.
- ¿Está María?
- Sí - me giré hacia las chicas y grité a María que la buscaban.
- Alejandra, estás preciosa - dijo mirándome de arriba abajo con la sonrisa más grande que antes.
- Gracias Nialler, tú también estás muy guapo ¿has visto a Louis?
- Sí - rió - tenía ciertos problemillas con el traje, con la corbata, con su pelo... con todo.
- ¡Ay Dios! ¡Voy a ayudarlo! - se apartó de la puerta y salí corriendo en busca de Louis. Por el camino, me encontré con un chico vestido con un esmoquin precioso, tenía expresión preocupada, estaba inquieto y no paraba de andar en círculos.
- ¿Qué te pasa?
- Somos amigos, ¿verdad?
- ¿A estas alturas no lo sabes? - reí - Somos los mejores amigos del mundo.
- Entonces ¿puedo confesarte algo?
- No por favor - le tapé la boca con la mano - no me digas que tienes dudas.
- Es que... quizás estemos yendo muy rápido - carraspeó - llevamos saliendo poco más de un año y ya vamos a casarnos y... bueno, le estaba dando vueltas a lo que Louis y tú nos dijisteis cuando os llamamos para daros el notición, eso de que éramos muy jóvenes y todavía teníamos tiempo para casarnos más tarde...
- No debiste hacernos caso, lo dijimos porque estábamos sorprendidos pero es obvio que si le pediste matrimonio sería porque estabas seguro de que pasarías el resto de tu vida con esa maravillosa chica que está vestida de novia.
- Gracias Alejandra - sonrió y me abrazó - te quiero.
- No hay de qué, me voy a buscar a Louis que está teniendo ciertos problemas - empecé a correr - ¡te quiero! - Llegué a la habitación donde se estaban vistiendo los chicos y entré de golpe, sin llamar a la puerta. - ¡Si alguien está desnudo que se tape! - grité.
- Tranquila, estamos todos vestidos menos tu novio.
- ¿Qué te pasa? - le pregunté a Louis.
- No sé como atarme la corbata, no sé si ponerme la chaqueta o no y no sé qué hacer con mi pelo ¡me estoy agobiando!
- Relájate ¿vale? Yo te ayudo - cogí la corbata y le hice el típico nudo, le revolví el pelo y le eché mucha laca - Con chaqueta y si tienes calor, te la quitas.
- No sabía que supieras hacer nudos de corbata.
- Bah, era un pequeño secreto - reí - es normal teniendo en cuenta que en mi familia hay dos hombres.
- Muchas gracias cielo - sonrió y nos besamos.
- De nada, inglesito.
- ¿Ya estás todas listas?
- Sí así que vámonos ya para la iglesia - salimos de la habitación y nos separamos en dos grupos: los chicos y las chicas, tal y como habíamos previsto. 
A los pocos minutos ya estábamos allí, la novia se quedó en el coche para que el novio no le viera mientras que todos saludábamos a las familias y amigos que habían ido a esta gran celebración. 
Cuando llegó la hora estimada para la ceremonia, nos metimos en la iglesia. El novio se dirigió al altar acompañado de su madre, cuando lo dejó allí ella se sentó en uno de los bancos más cercanos junto con el resto de su familia. Louis y yo nos quedamos con el novio en el altar ya que éramos los padrinos. Niall tocaba la guitarra cerca de nosotros y el resto estaba sentado en primera fila junto con los padres de la pareja.
Comenzó a sonar "Canon" y entró la novia, todos giraron sus cabezas y susurraron lo guapa que estaba y lo precioso que era el vestido mientras que en el altar todos sonreíamos con orgullo.
- Queridos hermanos - dijo el cura - nos hemos reunido aquí para unir a Harry Edward Styles y a Ana López en santo matrimonio - el sermón fue largo y monótono hasta que llegó el momento de los votos.
- Bueno - comenzó Harry - tenía escrito un precioso y largo discurso pero lo he perdido - el silencio de la iglesia se rompió con una gran carcajada - Ana, puedo resumirte mucho lo que te quiero, lo que me importas, pero tardaría más de un siglo en hacerlo. Simplemente, quiero que me dejes demostrarte que te quiero, que eres el amor de mi vida. Déjame demostrártelo dándome toda un vida a tu lado, toda un vida para hacerte feliz. - Niall comenzó a tocar "Torn", Louis le dio el anillo a Harry y éste se lo colocó a Ana con una gran sonrisa. No pude evitarlo, empecé a llorar como una tonta. Yo no era de lágrima fácil en estas situaciones pero es que era todo tan bonito... - Al entregarte este anillo, te doy testimonio de mi amor sincero y prometo serte leal y fiel, amarte y respetarte, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, todos los días de mi vida, hasta que la muerte nos separe.
- Yo también tenía escrito lo mucho que te quiero y muchos recuerdos y momentos que hemos vivido juntos pero estoy segura de que no son nada comparados con lo que nos queda por vivir. Llevamos saliendo poco más de un año y mira donde estamos, asusta un poco pero estoy segura de que irá genial porque todo es perfecto siempre que estoy contigo - suspiró - Me alegro de haberte conocido, no como Harry Styles de One Direction, sino como Harry Edward Styles, el chico que siempre me regala las mejores de sus sonrisas, el chico que me regala sus mejores días y sus mejores noches - sonrió - Gracias pro hacerme feliz, te quiero como nunca he querido a nadie - todos me miraron esperando a que le diera el anillo pero yo estaba tan metida en mi mundo, tan emocionada que tardé un rato en reaccionar. Sonreí, le di el anillo y miré a Louis, que me miraba con una gran sonrisa de orgullo - Al entregarte este anillo, te doy testimonio de mi amor sincero y prometo serte leal y fiel, amarte y respetarte, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, todos los días de mi vida, hasta que la muerte nos separe.
- Bueno pues si no hay ninguna objeción - el cura miró a todos los asistentes y al ver que nadie hacía amago de intervenir, prosiguió - Yo os declaro marido y mujer, puede besar a la novia.
Harry agarró a Ana por la cintura y la besó mientras todos aplaudíamos y silbábamos. Louis se acercó a mí y me abrazó fuertemente, sonrió y nos besamos. Nos reunimos en un abrazo en grupo y esperamos a que los recién casados se hicieran fotos con todos los invitados. Luego, nos fuimos al banquete.
Los diez estábamos sentados en la misma mesa y comentábamos la ceremonia.
- Ha sido un tostón - dijo Louis - pero muy bonita.
- A mí se me ha hecho muy larga - dijo Ana.
- Dios, ha sido precioso - dijo Ari - solo de recordarlo ya me vienen ganas de llorar otra vez.
- ¿Habéis visto cómo lloraba Alejandra? - dijo Louis entre risas - Parecía que iba a inundar la iglesia.
- Cállate - le di un golpe en el hombro - Estaba bien hasta que Niall empezó a tocar Torn, eso fue demasiado.
- Sí claro, ahora va a ser mi culpa que tú seas una llorona.
- No os metáis con Alejandra, pobrecita - dijo Harry - que lo ha hecho muy bien, además tú no eres el más indicado para hablar Lou, que por poco lloras.
- Pero yo tengo motivos, tú eras mi marido, solo mío y ahora tendré que compartirte con la señorita Styles - dijo señalando a Ana.
- ¡Dios, que bien suena! - dijo María provocando que todos nos riéramos. Al cabo de dos horas, retiraron la comida y los novios abrieron el baile. Se notaba que Harry había tomado varias clases para estar a la altura de Ana, que bailaba perfectamente. Todos los invitados estaban bailando menos Louis y yo, entonces él me tendió la mano.
- ¿En serio crees que voy a bailar contigo? - pregunté - No sabes bailar, haríamos el ridículo.
- Tú tampoco es que seas Beyoncé - reí - ¿qué más da que hagamos el ridículo? Es una boda, en las bodas todo el mundo lo hace.
- Me da vergüenza...
- Por favor, señorita, concédame este baile - sonreí y le cogí de la mano, caminamos lentamente hacia la pista y nos colocamos más o menos en el centro. Sonaba una canción lenta, no sabía su nombre porque no me iba mucho este tipo de canciones. Louis me cogió por la cintura y yo le rodeé el cuello con mis brazos y apoyé mi cabeza en su pecho.
- Gracias - susurró a mi oído.
- ¿Por qué?
- Por concederme este honor - reí.
- Pero mira que eres tonto.
- Te quiero y quiero que la próxima boda a la que vayamos sea la nuestra.
- No te creo - dije con una sonrisa - en algún momento conocerás a alguien de la que te enamorarás en plan flechazo y me dejarás.
- Verdad - dijo con la misma sonrisa - estoy seguro de que en algunos años me enamoraré de otra o de otro, quién sabe - le miré extrañada y se rió - pero esa otra o ese otro te llamará "mamá".
- Me habías asustado - reí - pensé que te habías dado cuenta de que eras gay gracias a mí.
- La tonta ahora eres tú - reímos y juntamos nuestras frentes, estábamos a punto de besarnos cuando pusieron las típicas canciones de boda que son muy antiguas pero que te hartas de bailar cuando estás borracho. Louis me miró, sonrió, se apartó de mí y comenzó a bailar como solo él sabía. Después de darlo todo con movimientos bastante vergonzosos, se acercó a mí para bailar otra canción lenta que habían puesto. Juntamos de nuevo nuestras frente y nos besamos, así estuvimos todo el rato, abrazados y sin querer soltarnos en lo que nos quedaba de vida.
[Narra Ana]
- No sé como darte las gracias.
- ¿Y eso? - preguntó Harry - no tienes que agradecerme nada.
- Bueno, me has alegrado la vida, soy feliz gracias ti.
- Y yo gracias a ti, señorita Styles.
- Cada vez suena mejor - sonreí.
- Me alegra que te guste, te llamarán así el resto de tu vida. - sonrió - Gracias a ti.
- ¿Por qué?
- Por enamorarme.
- No sé ni cómo lo hice - reí.
- Tardé en darme cuenta pero, me enamoré de ti desde el principio.
- Ahora soy yo la que debe darte las gracias por enamorarme hace casi dos años.
- Pues te vas a cansar, porque pienso enamorarte todos los días de mi vida - sonreí y nos besamos. "Ana Styles", cuanto más lo pensaba mejor sonaba. Mi madre se acercó a nosotros para decirme que tirara el ramo para ver quién sería la próxima en casarse así que me levanté y avisé a todo el mundo. Todas las mujeres que estaban invitadas y Louis se colocaron detrás de mí, me di la vuelta y tiré el ramo. Cuando me giré vi a Alejandra sentada sobre los hombros de Louis alzando el ramo.
-¡Eso es trampa! - dijo Carla.
- ¿Quién dice que no puedo coger a mi novia en los hombros para que coja el ramo? Nadie.
- ¡Enhorabuena chicos, seréis los próximos! - grité. Pero, por ciertas circunstancias, no lo fueron.

sábado, 12 de mayo de 2012

Capítulo 65.

-¡Vamos, despierta! - llevaba intentando cinco minutos que Louis se despertara pero no lo conseguía - como no te levantes ahora mismo, me voy a Nueva York sin ti.
- No eres capaz - dijo sin abrir los ojos.
- ¿Que no? - cogí la maleta - Tú solo prueba - entreabrió los ojos y se incorporó rápidamente.
- ¡Espera, espera! Ya me levanto - dijo a regañadientes.
- Louis si no te hace ilusión ir a Nueva York conmigo, cancelo el vuelo y ya está pero dímelo.
- ¿Eres tonta? Es lo que más deseo ahora mismo pero es que son las 6 de la mañana y eso corta un poco el rollo - se quedó en pijama porque, como ya sabéis, el siempre viajaba en pijama y se puso su gorrito de lana gris. Yo iba con su entero cerrado hasta el cuello y con la capucha puesta. Cogió la maleta y la bajó al salón, llevábamos solo una porque nos pareció una buena idea meter toda la ropa en una misma maleta para no tener que cargar con varias pequeñas. Cogió varias bolsitas de té de Yorkshire y las metió en el bolsillo exterior de la maleta, nos despedimos de su familia y nos montamos en el coche. Me costó mucho no dormirme en el trayecto hacia el aeropuerto de Londres pero debía entretener a Louis durante esas 4 horas para que no se durmiera y nos matáramos en la carretera. Cuando llegamos al aeropuerto quedaban unos minutos para que el avión despegara así que pasamos los controles y facturamos la maleta lo más rápido que pudimos, corrimos hacia la puerta de embarque y llegamos por los pelos. Nuestros asientos estaban en el lado izquierdo, al llegar, Louis se pidió la ventanilla así que no tuve otra que sentarme en el que daba al pasillo. Una vez que el avión se había estabilizado, apoyé la cabeza en su hombro y él apoyó la suya sobre la mía, de forma que nos dormimos en cuestión de minutos.
- Perdonen - oí una voz dulce que me tocaba el hombro, abrí los ojos y sonreí - tienen que despertarse, el avión va a aterrizar.
- Vale, gracias por avisar - desperté a Louis con mucho cuidado y le dije lo que me había dicho la azafata así que nos abrochamos los cinturones y enderezamos nuestros asientos. 
Cuando llegamos a Nueva York eran las 20h de Londres así que allí debían ser las 15h. Pasamos los controles, recogimos la maleta y almorzamos allí mismo. Llamamos a un taxi para que nos llevara directamente a nuestro hotel que estaba en pleno Manhattan, en la 5ª Avenida y tenía vistas a Central Park. Una vez que nos registramos en el hotel, subimos a la habitación 444, la que había reservado. Era muy grande, las paredes eran blancas y carecía de decoración, lo que la hacía más amplia. La cama de matrimonio era enorme y se encontraba en el centro de la habitación pero con los pies hacia el ventanal, de forma que cuando te tumbabas o te sentabas veías la gran mayoría de los rascacielos. Nada más que entramos en la habitación dejamos la maleta en el suelo y nos tiramos en la cama, estábamos demasiado agotados.
- ¿Estás despierta? - susurró Louis, miré hacia la ventana, había oscurecido completamente.
- No - dije con voz de recién levantada.
- ¿Tienes hambre?
- Sí - reí.
- ¿Por qué no bajamos a cenar al buffet? No, mejor llamemos al servicio de habitaciones para que nos traigan algo.
- Eso, ya nos quedamos tranquilos aquí y mañana vamos a hacer turismo - se levantó y llamó al servicio de habitaciones que, en menos de media hora, nos trajeron lo que habíamos pedido.
- ¿Qué te apetece ver mañana?
- Pues ya que estamos por la zona podríamos ir a Times Square.
- Y al Empire State Building.
- Si no te importa preferiría ir allí otro día, es que tengo algo planeado.
- Claro, sin problemas - sonrió - Podríamos ir al Madison Square Garden y así ves dónde cantamos en diciembre del año pasado.
- Y también podríamos pasear por Broadway.
- Entonces, mañana vamos a Time Square y bajamos por Broadway hasta al Madison Square Garden.
- Exacto - bostecé.
- ¿Tienes sueño? ¡Pero si hemos dormido durante todo el día!
- Prefiero llamarlo jetlag.
- Voy a llamar a los chicos y a mi madre para que sepan que hemos llegado bien, tú ve durmiendo si quieres.
- Vale - abrí la maleta y me puse le pijama que me regaló Louis al volver de su tour por USA, me lavé los dientes con el cepillo que me regaló Liam y me lavé la cara, luego me hice una cola y me acosté. Me costó conciliar el sueño, supuse que era porque estaba muy nerviosa y contenta pero quizás era porque echaba de menos a mi familia. Louis se metió en la cama media hora después y, creyendo que estaba dormida, me susurró "buenas noches princesa" al oído y me dio un beso en la frente.


Noté varias caricias por la barriga y las mejillas y luego varios besos por el cuello así que abrí los ojos lentamente. Sonreí. Ahí estaba él, Louis, mi novio, mirándome con una gran sonrisa de oreja a oreja.
- Buenos días neoyorkina.
- Buenos días abuelito.
- Te he dicho mil veces que no me llames abuelito, que no soy un abuelito.
- Bah, me da igual - reí - te seguiré llamando abuelito y Tommo aunque no te guste.
- Con que esas tenemos ¿no? Ten cuidadito conmigo, García - dijo remarcando el "García".
- No, no me llames así - dije riéndome.
- Pues no me digas abuelito.
- Vaaaale, ya veremos - miré el reloj - ¡son las 12h!
- Ups, es verdad - rió - te estaba despertando por eso.
- Tonto eres - reí - Por tu culpa el buffet ha cerrado y no he desayunado.
- No pasa nada - sonrió - ya que estamos en Nueva York podemos hacer lo mismo que hacen ellos, ¡comer hamburguesas y perritos calientes a cualquier hora del día!
- ¿A qué esperamos? - me asomé por la ventana para ver qué podría ponerme y descubrí que estaba nevando así que me puse los vaqueros pitillos con una blusa blanca y  por encima me puse un jersey de cuello de pico de color azul cielo, me puse unas botas marrones que llegaban un poco más arriba del tobillo y me dejé el pelo suelto. Louis se puso sus vaqueros con una camiseta celeste y por encima un jersey azul marino con rayas finas horizontales de varios colores, se puso unos botines y se peinó como siempre. Cogimos los móviles, los monederos, la cámara, la llave de la habitación y salimos. Fuera hacía un frío que pelaba, era horrible pero lo peor era el dolor que sentía en las manos y en la nariz así que entramos en una tienda para comprarnos unos guantes, elegimos unos de rayas de colores, eran súper infantiles pero nos molaban mucho, nos los pusimos y seguimos paseando con las manos entrelazadas. Bajamos por la 5ª Avenida hasta llegar a West 57th Street, allí nos compramos unos perritos calientes en uno de estos puestos ambulantes y seguimos paseando por la 6ª Avenida. Allí, justo en la intersección con West 48th Street, se encontraba el Rockefeller Centre, nos sorprendió habérnoslo encontrado así, sin quererlo y aprovechamos para hacernos varias fotos. Seguimos bajando por la 6ª Avenida, o Avenida de las Américas, hasta llegar a West 46th Street, allí giramos a la derecha y llegamos a Duffy Square, subimos esa especie de gradas y nos sentamos a admirar la preciosa vista que teníamos de Times Square.
- Es alucinante - dije en un suspiro - mucho mejor de lo que me había imaginado - cogí la blackberry - Ponte allí - le señalé el punto más alto de las gradas, Louis fue hacia allí y le hice una foto, me conecté a Twitter y la subí con el tweet "Las mejores vistas de Times Square xx."
- Ahora ponte tú - fui hacia el mismo sitio y sonreí hasta que Louis me hizo la foto - ¿nos hacemos una los dos?
- Sí, por favor.
- Perdona - Louis paró a una chica, una adolescente teñida de rubio bastante guapa - ¿nos puedes hacer una foto?
- ¡Dios mío! - gritó - ¡Tú eres Louis Tomlinson! - gritó señalándolo, él asintió - ¡Y tú Alejandra García, su novia! - añadió señalándome.- Oh Dios, ¿qué hacéis aquí?
- Estamos de vacaciones de Navidad - contestó Louis.
- Dios Dios Dios - dio varios saltos - ¿Qué os parece Nueva York?
- Yo ya había venido antes pero ella no.
- Creo que es fantástica, es mágica - dije.
- ¡Oh Dios! - gritó - ¡Nunca había escuchado tu voz! ¡Es preciosa! ¡Como tú! ¡Eres preciosa! - me reí - ¡Te he hecho reír! ¡Tu risa también es preciosa!
- ¿Quieres una foto? - preguntó Louis.
- ¡Me va a dar algo! - me reí - Toma - la chica me dio su móvil y le hice la foto.
- Ya está - sonreí.
- ¿Tienes algo para que te firme? - preguntó Louis, estaba claro que le gustaba mucho encontrarse fans pro todos lados.
- Sí sí sí sí - sacó un rotulador de su bolso y le dio su móvil, un iPhone blanco - fírmame la parte de atrás, por favor.
- ¡Muchas gracias! ¡Os quiero!
- ¿Te importa hacernos una foto a nosotros? - preguntó Louis dándole mi cámara.
- Claro, se me olvidaba - rió, la cogió y nos hizo la foto.
- ¿Puedes hacer otra con mi móvil? - preguntó Louis dándole su blackberry.
- ¡Oh, Dios! - gritó al cogerla - ¡Estoy cogiendo el móvil de Louis Tomlinson! - dio varios saltitos y nos hizo la foto - ya está, salís perfectos.
- Muchas gracias - dije.
- ¡A vosotros! - gritó.
- Bueno, tenemos que irnos - dijo Louis.
- ¡Adiós! ¡Os quiero mucho! ¡No os olvidéis de mí! ¡Os quiero! - gritó mientras nos alejábamos. Bajábamos por Broadway cuando decidimos entrar a un McDonald's a descansar y comer algo. Yo había hecho fotos de cada cartel que había visto en Broadway, de cada cosa peculiar que hubiera visto, tenía 20 fotos de 20 taxis diferentes.
- Vaya puntería que tienes eligiendo a gente para que nos haga las fotos - reímos.
- Sí pero era un encanto, me morí de risa cuando gritó que tu voz era preciosa y que nunca te había oído hablar - dijo mientras reía.
- Es que nunca que hablado en público - comí una patata - ¿Y cuando gritó lo de "¡Te he hecho  reír! ¡Tu risa también es preciosa!"? - reímos.
- ¿Y su reacción al ver mi autógrafo?
- ¿Qué le pusiste?
- Con amor para Lisa xx. - reímos.
- Al ver su reacción me imaginaba cualquier cosa menos eso - reí - pero la foto que nos ha hecho es bastante buena.
- La del móvil también - sonrió - Se la he pasado a Liam y la he subido a Twitter diciendo "Disfrutando en Nueva York."
Seguimos hablando hasta que nos terminamos la comida y hasta que sentimos que habíamos descansado del todo. Seguimos bajando por Broadway hasta reincorporarnos de nuevo en la 6ª Avenida y paseamos por ella hasta llegar a West 33rd Street, caminamos todo recto y por fin llegamos al Madison Square Garden. Era enorme, cantar ahí habría sido muy emocionante para los chicos. Hice muchas fotos y descansamos en un banco que había en esa misma calle. Estaba anocheciendo así que decidimos volver pero en vez de ir por West 33rd Street y la 5ª Avenida directamente, decidimos volver por Broadway y Times Square ya que pensé que de noche sería precioso. No me equivocaba, los carteles brillaban con mucha intensidad y había mucho más ambiente que cuando estuvimos allí horas antes, era mucho mejor que en las películas, los colores eran más vivos y las luces más brillantes. 
Cenamos en el buffet del hotel y nos subimos a la habitación para planificar qué haríamos al día siguiente.
- ¿Vamos a Brooklyn o a Queens? - preguntó Louis.
- Mañana iremos a otro sitio, tengo una sorpresa.
- ¿Cómo puedes dejarme así de intrigado y no sentirte mal?
- Porque he aprendido de ti - le saqué la lengua. Nos pusimos los pijamas, nos lavamos los dientes y la cara nos tumbamos en la cama y encendimos la tele - Anda, están poniendo Titanic.
- Déjala, que hace mucho tiempo que no la veo - solté el mando y me acurruqué junto a Louis. La película había empezado hacía un rato porque iba por la parte en la que Jack y Rose se escapaban y follaban en el coche, eso significaba que quedaba poco para mi parte favorita, cuando se chocaban contra el iceberg. El tiempo pasó muy rápido, ya iba por la parte en la que rosa está encima de la tabla, se da cuenta de que Jack está congelado, lo suelta y él se hunde lentamente. Miré a Louis y vi lágrimas en sus ojos.
- ¿Estás llorando? - Louis se secó las lágrimas.
- No... es una alergia.
- Ooh, ¡llorabas por la película!
- No, no lloraba - dijo como un niño pequeño que se había picado.
- ¡Qué mono! - dije ignorando su respuesta.
- ¡No lloraba!
- Ooh ¿el pequeño Lou necesita pañuelos?
- Para.
- ¿O quizás un abrazo de su mami?
- Vale, ya está ¡estás muerta!
- ¿Qué? - Louis empezó a hacerme cosquillas.
- ¡No! ¡Louis para! - grité. Me movía tanto por culpa de las cosquillas que nos caímos al suelo pero Louis siguió haciéndome cosquillas.
- ¡Para! - reí - ¡No puedo respirar! - intenté escapar pero no pude.
- No pararé hasta que me pidas perdón.
- ¿Perdón por qué? - paró pero me agarró los brazos para que no pudiera hacerle cosquillas a él.
- Por reírte de mí.
- Vale, lo siento - me soltó los brazos y se incorporó - ¡Siento que seas una nenaza! - empezó a hacerme cosquillas de nuevo pero más rápido y fuerte. - ¡Vale vale! ¡Lo siento! - reí - ¡Para! ¡No puedo respirar!
- ¿El qué sientes?
- Perdón por haberme reído de ti y haberte llamado nenaza - dije entre risas - ¡ahora para por favor! - Paró pero no se levantó de encima mío. - ... Louis ¿puedes levantarte? - me miraba fijamente a los ojos, parecía que estaba hipnotizado - ¿Lou?
- Te quiero.
- Yo también te quiero - se inclinó sobre mí, acercó su cara a la mía y nos besamos. Nos levantamos y nos acostamos, mañana nos esperaba un largo día. 
- ¿Sabes? - dije riendo - Echo de menos a Willy.
- Jodido hurón, si llego a saberlo no te lo compro.
- Calla, es el mejor regalo que me han echo nunca - reí - es que lo echo de menos.
- Ya, bueno, deja de pensar en el hurón y ven aquí - me acercó a él y me abrazó por detrás, al igual que cuando dormimos en la casa de mis tíos hacía ya más de un año.
- Buenas noches, Tommo.
- Buenas noches cariño.


-¡Despierta William! - grité saltando en la cama.
- No me llames William que me recuerda al hurón.
- Imbécil - reí - Anda, vamos a vestirnos que tenemos que estar en un sitio a las 12h y está bastante lejos. - se levantó y nos pusimos en marcha. Me puse mis pitillos rojos con una camiseta azul de mangas largas y una sudadera gris por encima, de zapatos elegí las mismas botas y volví a dejarme el pelo suelto. Le dije a Louis que debía vestirse cómodo pero abrigado así que optó por sus vaqueros, una sudadera de Harry y sus botines. Cogimos los guantes, los móviles, los monederos, la cámara, la llave de la habitación y el gorro de Louis. Desayunamos tranquilamente en el buffet y salimos a la calle, no estaba nevando pero el suelo seguía helado y todavía había nieve en las aceras. Bajamos por la 5ª Avenida hasta que llegamos a West 57th Street, allí entramos en la misma tienda donde compramos los guantes pero esta vez habíamos ido allí para comprarme un gorrito de lana. Elegí uno con el mismo estampado de los guantes, tenía dos trenzas en cada lado de las orejas y tenía una bola de lana en la punta. 
- ¡Eh! - dijo Louis - ¡no es justo! Tu gorro mola más que el mío.
- Anda, toma - me lo quité, se lo di y el hizo lo mismo con el suyo - ¿contento?
- Mucho - sonrió.
Seguimos paseando todo recto por esa misma calle hasta que llegamos al puerto, allí cogimos una pequeña lancha que nos daría un paseo hasta Liberty Island, la isla donde estaba la estatua de la libertad. El paseo duró una hora, tiempo en el que Louis y yo no hartamos de hacernos fotos y de jugar con el agua del río. Hacía un viento horrible pero nos daba igual porque llevábamos los gorros. La lancha nos dejó en el puerto de Liberty Island, allí nos hicimos muchas fotos con la Estatua de la Libertad de fondo y después nos acercamos a ese precioso monumento.
- ¿Quieres subir? - me preguntó Louis.
- Hay mucha cola...
- No pasa nada - sonrió - uno de tus deseos era que te besaran en lo alto de la Estatua de la Liberta ¿no? - asentí sorprendida de que todavía se acordara de eso - ¿Te vas a cagar ahora que estás aquí?
- Vamos - corrimos hacia la cola y esperamos a que llegara el momento de subir, no tardó mucho en llegar. Subir fue algo cansado e incluso me dieron ganas de volver pero no me rendí porque merecía la pena. Flipé al llegar arriba y asomarme por uno de los agujeros de la corona de la Estatua de la Libertad, las vistas eran impresionantes, estaba segura de que no había ciudades más bonitas que Londres y Nueva York.
- Bueno ¿qué? - Louis me abrazó pro detrás - ¿cumplimos tu último deseo?
- Sí - sonreí, sonrió y nos acercamos lentamente hasta que nuestros labios se chocaron y se unieron en un gran beso, un beso lento y lleno de amor en el que nuestras lenguas jugaban sin cansarse. Al separarnos nos miramos y sonreímos - gracias.
Bajamos rápidamente y nos montamos en la misma lancha que nos había llevado a la isla, esta vez el viaje duró menos tiempo porque no le pedimos que diera un paseo. Cuando llegamos al hotel, nos pusimos los pijamas y nos tumbamos en la cama.
- ¿Hay fotos buenas? - pregunté.
- Todas son perfectas - sonrió y me enseñó una en la que salíamos muy guapos, estábamos en lo alto de la estatua y se veía todo Nueva York por detrás - ésta para Niall y ésta - me enseñó una en la que salíamos poniendo caras raras con la estatua de fondo - se la voy a twittear a mi madre. - Dicho esto cogió su móvil, se conectó y twitteó "@jaytommo te echamos de menos xx." - Me apetece quedarme el resto de la tarde en el hotel ¿tenías algo planeado para ahora?
- No, tranquilo - sonreí - podemos quedarnos aquí lo que queda de día.


Al día siguiente fuimos a Brooklyn, al siguiente a Queens y al otro a Nueva Jersey. Esos días estuvimos más relajados, salíamos a correr o a jugar al fútbol a Central Park por las mañanas y luego hacíamos turismo por la tarde. Me gustó mucho el zoo de Central Park bueno, me gustó todo Central Park, era como Hyde Park pero más verde y con más animales.


Llegó en 31 de diciembre, volvíamos a Londres al día siguiente y me quedaría allí con Louis hasta que empezaran las clases de nuevo, o sea hasta el 9 de enero. Nos despertamos muy tarde, demasiado tarde, tanto que era la hora del almuerzo. Llamamos a nuestros familiares y amigos para desearles un feliz año nuevo y el resto de la tarde no hicimos nada. 
- Louis vístete - dije a las 22h - vámonos a cenar por ahí para celebrar el Año Nuevo.
-¡Vaaaale! - se levantó de la cama y se puso unos chinos beiges con una blusa burdeos y unos tirantes del mismo color que los pantalones, yo opté por un vestido negro de fiesta que combiné con una rebeca blanca. Nos pusimos los gorros y los guantes aunque no pegaran nada y estropearan nuestro look y nos fuimos a la calle. Mientras bajábamos todo recto por la 5ª Avenida veíamos un montón de gente, sobretodo de nuestra edad, borrachos yendo de un lado para otro y nos fijamos en que había muchísimo atasco. Entramos en Morton's The Steakhouse y cenamos tranquilamente, tan tranquilamente que eran las 23:30h y no me iba a dar tiempo de llevar a Louis a donde tenía planeado. Le dije a Louis que pagara, que iban a dar las campanadas y me hizo caso. Salimos del asador rápidamente y corrimos lo que quedaba de trayecto, finalmente, a las 23:45h, llegamos.
- ¿Qué hacemos en el Empire State Building?
- Hoy lo abren especialmente para ver los fuegos artificiales que lanzan después de sonar las campanadas y como vi que tenías tanto empeño en subir pues decidí traerte hoy.
- No me lo puedo creer, eres la mejor - me abrazó.
- Sí pero como no subamos ya, van a cerrarlo - dije - solo dejan pasar a 10 personas - entramos corriendo y subimos al ascensor, que tardó mil años en dejarnos en la azotea del rascacielos. Miré mi reloj, justo a tiempo.
- 12, 11, 10, 9 - gritaba la gente que estaba con nosotros - 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, 1.
- Te amo - dijo Louis en susurro mientras todo el mundo gritaba "¡Feliz Año Nuevo!".
- Yo también, Louis - sonreímos y estallaron los primeros fuegos artificiales, nos miramos y sonreímos de nuevo - Feliz Año Nuevo.
- Y que pasemos muchos más juntos - sonreímos y nos acercamos lentamente, nuestros labios chocaron en un dulce roce y nuestras lenguas bailaban mientras se escuchaba el ruido de los fuegos artificiales al explotar - Ya está, el único deseo que te faltaba.
- Se me había olvidado - sonrió y nos volvimos a besar. Nos quedamos admirando los fuegos artificiales hasta las 00:15h, hora en la que nos hicieron bajar. Cogimos un taxi para volver al hotel, no nos importaba que hubiera atasco, teníamos todo el tiempo del mundo para volver. Entonces sonó el móvil de Louis, miró el nombre en la pantalla y sonrió, me lo enseñó y sonreí, lo descolgó y lo puso en altavoz.
- ¡Feliz Año Nuevo! - gritó Louis.
- ¡Igualmente, tío! - carraspeó - ¿estás con Alejandra?
- Sí - dije - tenemos el altavoz puesto.
- Bien porque tenemos una noticia que daros - dijo una voz femenina - ¿Listos?
- Sí - dijimos Louis y yo a la vez.
- ¡Nos casamos! - gritaron al unísono las dos personas que estaban al otro lado del teléfono.

lunes, 7 de mayo de 2012

Capítulo 64.

Me duché nada más despertarme y cuando salí Louis seguía dormido así que bajé al salón a desayunar. Todas las chicas estaban despiertas, las gemelas veían la tele y Lottie y Fizzy veían la tele mientras que Jay no paraba de dar vueltas por toda la casa.
- Buenos días - dije, Jay se fue a la cocina.
- ¿Qué quieres para desayunar, corazón?
- Tranquila, yo me lo preparo - sonreí.
- Menos mal porque tengo que preparar la casa para la cena de hoy.
- ¿Qué pasa hoy? - pregunté confusa.
- Vaya, parece que eso de que los enamorados no saben en qué día viven es cierto - rió - hoy es Nochebuena.
- ¡Anda, es verdad! - reí - pues si puedo ayudar en algo no dudes en decírmelo.
- Hombre, si pudieras ir luego a comprar cosas para la cena con Boo Bear me harías un gran favor.
- Eso está hecho - sonreí y me acarició las mejillas, luego se fue para seguir limpiando la casa. Me hice unas tostadas con mantequilla y un colacao y empecé a comérmelo. Cuando estaba acabando, llegó Louis.
- Buenos días princesa - me acerqué a él.
- Felicidades - nos besamos dulcemente.
- Gracias - sonrió - este es el primer cumpleaños que celebramos juntos ¿no? - asentí - ¿me preparas un poquito de té?
- Claro, pero solo porque es tu cumpleaños - cogí las bolsitas de té, llené una taza con agua caliente y metí la bolsita mientras Louis cogía un tazón y lo llenaba de leche hasta el borde para luego echarle un gran puñado de cereales. - Aquí tiene el abuelito - le dejé el té sobre la mesa - cuidado que quema mucho.
- Ignoraré eso de abuelito - reí - lo mejor es el contraste de la leche muy fría con el té muy caliente - dio un sorbo, se quemó y empezó a moverse mucho mientras gritaba.
- Te lo advertí - dije entre risas.
- ¡Lo has hecho queriendo! ¡Has atentado contra mí! - gritaba señalándome, las hermanas se giraron para ver qué pasaba y se rieron.
- Es que no se puede ir de listillo por la vida - dije a la vez que me reía, me senté donde él estaba sentado antes y empecé a comer sus cereales sin darme cuenta de que eran suyos.
- ¡Encima de asesina eres una ladrona de cereales!
- No me he dado cuenta - reí - toma.
- No seas tonta, me preparo otro tazón y ya está - me revolvió el pelo y me besó la frente. En menos de dos minutos ya estaba comiendo cereales a mi lado.
- Ah, se me olvidaba - dije de repente - tu madre me ha pedido que compremos los ingredientes para hacer la cena de esta noche.
- Menos mal que te has acordado ahora - rió - porque hoy cierra todo muy pronto. 
Terminamos de desayunar y nos vestimos. Bueno, me vestí porque a Louis no le dio la gana de quitarse el pijama, entendía que no se lo quisiera quitar para un viaje pero para ir a comprar tenía que vestirse ¡nadie va en pijama al supermercado! Nadie. Y por esa razón tenía que hacerlo él, para destacar. Me puse unos pantalones de chándal suyos y una sudadera suya también, me gustaba robarle la ropa a mis novios, siempre me había gustado, y Louis tenía mucha ropa así que había que aprovechar. 
Jay nos dio mucho dinero y fuimos de supermercado en supermercado buscando todo lo que había en la inmensa lista de la compra, parecía que iba a hacer comida para 50 personas cuando, en teoría, solo íbamos a estar nosotros siete y los padres de Jay. 
Llegamos a casa a la hora de comer, Jay no había cocinado nada porque había estado muy ocupada limpiando la casa así que Louis llamó a un chino para que trajera comida para todos.
Por la tarde, Jay nos pidió que entretuviéramos a las niñas para que ella pudiera cocinar tranquila así que nos fuimos al jardín a jugar todos juntos.
- ¿Jugamos un partido de fútbol? - preguntó Louis.
- ¡Sí! - dijimos todas a la vez, la verdad es que todas éramos muy futboleras, a todas nos gustaba mucho el fútbol.
- Bien - se quedó un rato pensando y por fin habló - Fizzy, Lottie, Daisy y Phoebe contra Alejandra y contra mí, jugamos al mejor de tres. ¿os parece bien?
- Siendo cuatro contra dos os ganamos seguro - dijo Lottie.
- No olvides que somos lo más mayores y que yo juego muy bien al fútbol - contestó - bien, basta de cháchara, ¡a jugar! - silbó imitando a un silbato, cogió una pelota que había tirada por ahí y la tiró al aire. Fizzy la cogió cuando calló y avanzó un poco por el campo hasta que Louis se le puso delante, entonces se la pasó a Phoebe, ella se la pasó inmediatamente a Lottie, que corrió hasta llegar a la portería y marcó un gol.
- No os flipéis, que todavía os podemos ganar - cogió el balón y me la pasó, yo empecé a correr hasta que me encontré con Lottie y Daisy, entonces se la pasé a Louis, que avanzó un poco más hasta que me la pasó y tiré a la "portería".
- ¡GOOOOOL! - gritó Louis. Fizzy cogió el balón y se lo pasó a Lottie mientras Louis me abrazaba por haber marcado el gol, Lottie se lo pasó a Phoebe y ella marcó otro gol. Ya está, habíamos quedado 2-1, habíamos perdido.
- ¡Qué tramposas sois! - gritó Louis mientras se reía - ¡Eso no vale!
- Nadie ha dicho lo que vale y lo que no - dijo Fizzy.
- Hemos perdido, nena - dijo mirándome con cara de pena.
- No pasa nada - reí y le acaricié el pelo. El deporte convertía a Louis en un niño pequeño, un adorable niño pequeño.
- ¡Chicos ducharse todos! - gritó Jay al asomarse por la puerta corredera.
- Ala, ya habéis oído a mamá - entramos todos y nos distribuimos en turnos para poder ducharnos. Primero iban las gemelas, luego Lottie, después Fizzy, a continuación yo y por último Louis. Cogí mi neceser y la ropa que me iba a poner para la cena y me metí en el baño, me estaba duchando con noté unas manos rodeando mi cintura.
- ¡Me has asustado, Tommo! - reímos - ¿qué haces aquí?
- Es que he pensado que así se gasta menos agua - sonrió pícaramente.
- Chico listo - intentamos darnos prisa pero es que era imposible no entretenerse al ducharme con Louis, le gustaba hacer pompas y jugar a salpicar, en fin, lo que yo os diga, era como un niño pequeño. Cuando salimos eran 20h, los invitados no tardarían en llegar y yo estaba un poco nerviosa, iba a conocer a los abuelos de Louis por primera vez y estaba un poco asustada. Me puse un vestido rojo ajustado, era de mangas largas, llegaba por la mitad de los muslos y tenía el escote de barco, lo combiné con mis taconazos rojos con mucha plataforma y me hice un moño de estos elegantes poco apretados y tienen algunos mechones de pelo sueltos. Me puse rímel y un poco de sombra en los ojos, nunca me maquillaba pero Nochebuena era Nochebuena. Me senté en la cama a esperar a que Louis terminara de peinarse, se había puesto unos chinos azules marinos con una blusa del mismo color y unos tirantes blancos, el pelo se lo dejó igual de revuelto que siempre. Se oyeron muchas voces provenientes del salón, los invitados ya habían llegado. Louis inclinó la cabeza hacia la puerta para que bajáramos, asentí, suspiré, entrelazamos las manos y bajamos las escaleras.
- Felicidades campeón - dijo su abuelo nada más que bajamos.
- Gracias, abuelo - me miró - ésta es Alejandra, mi novia.
- Encantado - me dio dos besos.
- Igualmente - sonreí.
- Así que ésta es la chica que tiene absorbido a nuestro nieto eeh - dijo su abuela - es muy guapa.
- Gracias - sonreí de nuevo. Se sentaron en la mesa del comedor, Jay la había abierto por completo y había puesto muchísimo platos y cubiertos, pero, que yo supiera, solo venían los abuelos de Louis. Estuvimos hablando un rato hasta que sonó el timbre.
- Voy yo - Louis se levantó de mi lado y se fue hacia la puerta.
- ¡Felicidades calabacita! - me levanté de un salto y miré hacia la puerta, Harry y Louis se abrazaban mientras Anne, Gemma y el resto de su familia miraban la escena.
- Felicidades Lou - un momento, esa voz me sonaba y la chica que abrazaba a Louis también.
- ¿Ana? - ella soltó a Louis y me esperó bajo la puerta con los brazos abiertos, la abracé con mucha fuerza y empecé a reírme sola - ¿qué hacéis aquí?
- Es el cumpleaños de mi marido así que tenía que estar con él - dijo Harry, me reí y nos abrazamos fuertemente mientras nos dábamos muchos besos en las mejillas. Me presentó al resto de su familia y luego nos sentamos en la mesa a charlar un rato. Ana me contó que había estado con Harry y su familia en Holmes Chapel hasta hoy, que habían venido para sorprenderme porque Louis se lo dijo. Volvieron a llamar al timbre y, de nuevo, fue a abrir Louis.
- ¡Felicidades Tommo!
- Gracias duende - ¿duende? ¿También había venido Niall?
- Felicidades Louis.
- Gracias rubia - pasaron, nos abrazamos y hablamos un poco. Niall no había traído a su familia porque un viaje para todos era muy caro pero había estado unos días en su casa de Mullingar con María. Al rato llegaron Liam, Carla y la familia de éste y una hora más tarde, recibimos a Zayn, Ari y la familia del presumido éste. Ahora ya entendía el por qué de tanta comida, de tantos platos, de tantos cubiertos y de tantas sillas. 
La cena fue muy divertida, las familias de los chicos se interesaban mucho por nosotras y era muy agradable ver lo mucho que se querían todos aunque no fueran una familia de verdad. El postre fue algo especial, Jay sacó del congelador un tarta enorme en la que ponía Feliz cumpleaños Boo Bear" y en la que había clavado dos velas, cada una con forma de número 2. Le cantamos "Cumpleaños Feliz" primero en inglés y luego en español ya que todos nos presionaron para que las chicas lo hiciéramos, suerte que Niall nos acompañó un poco. Finalmente, las gemelas se fueron a la cama así que nos dimos los regalos de Navidad. Jay me había comprado un bolso precioso y Lottie y Fizzy me habían regalado entre las dos un kit para pintar las uñas. Yo le regalé una pulsera y un colgante de plata a Jay, unos tacones altos de plataforma a Lottie y un set de maquillaje a Fizzy. Estaba mirando cómo se intercambiaban todos los regalos cuando noté que alguien tocaba mi hombro.
- Vamos al jardín, tengo tu regalo allí - sonreí y me levanté, agarré su mano y salimos juntos al jardín.
- Yo también tengo que darte un regalo - carraspeé - espero que no te haya importado que haya unido el regalo de Navidad con el de tu cumpleaños pero es que no tenía suficiente dinero para hacer dos regalos distintos.
- No era necesario que me regalaras nada.
- Ni tú tampoco.
- Pero me hacía ilusión porque sé que te va encantar - dijo con esa sonrisa que provocaba que se le entrecerraran los ojos.
- ¿Sí? ¡Dime qué es! - dije dando saltitos como una niña pequeña.
- Míralo tú misma - nos adentramos un poco en el jardín y me quedé con la boca abierta hasta que noté que Louis me abrazaba por detrás.
- ¿Te gusta?
- Louis, Dios, me encanta - dije mientras veía como un hurón negro con la cara blanca de apenas 2 meses con un gorrito de Santa Claus a punto de caérsele se movía de lado a lado del jardín. Lo cogí y me giré hacia él - Me encanta, es precioso.
- ¿Te gusta? - preguntó acariciándome la mejilla.
- Sí, de verdad, muchas gracias - dije antes de llenarle toda la cara de besos - Gracias, gracias, gracias, gracias.
- Me alegro mucho - dijo entre risas.
- Hola bonito - dije mirando al hurón, se había acomodado entre mis brazos mientras yo lo acariciaba.
- Dile al bicho éste que no se emocione, que eres mía.
- Tonto - dije entre risas - ¿cómo lo llamo?
- No sé, es tuyo, llámalo como quieras.
- Quiero que sea nuestro.
- ¿Nuestro? - preguntó con una gran sonrisa.
- Sí - sonreí - ¿Y si lo llamo William?
- ¿William?
- No, mejor no - reí y pensé un rato - ¡Willy! Le voy a llamar Willy.
- ¿Le vas a poner de nombre la abreviatura de mi segundo nombre a nuestro hurón?
- Claro - reí. Dejé a Willy en el suelo y abracé a Louis con todas mis fuerzas, él me abrazaba fuerte mientras yo acariciaba su pelo sonriendo como una tonta.- ¡Mierda! Se me olvidaba darte tu regalo! Espérame aquí - entré en la casa, subí a la habitación de Lottie y revolví toda la maleta en busca de su regalo, entonces me acordé de que estaba en el bolsillo de fuera, la cogí y bajé rápidamente - toma - dije cuando llegué a su lado. Miré su cara mientras lo abría, tenía boca abierta con expresión de sorpresa pero, a medida que fue leyendo lo que ponía dentro del sobre, apareció una enorme sonrisa en su cara.
- ¿Vacaciones para dos en un hotel de cinco estrellas en Nueva York?
- Sí, sé que es cutre pero no podía permitirme otra cosa.
- Calla tonta, me encanta - nos besamos.
- Entonces ¿te gusta?
- Claro, va a ser increíble ¿Una semana contigo, solos, en un hotel de lujo? Oh, vamos.
Sonreí, le había gustado. Nos quedamos un rato jugando con Willy hasta que comenzó a nevar, al entrar en casa, todos se echaron encima del hurón así que Louis y yo nos quedamos tranquilos hablando en un lado del salón sobre el viaje. Salía al día siguiente a las 11 desde Londres así que debíamos salir de aquí a las 7am por lo que nos despedimos de todo el mundo y nos fuimos a dormir.
- Este ha sido el mejor cumpleaños de mi vida.
- Estas van las mejores Navidades de mi vida.
- Buenas noches, García.
- Buenas noches, Tommo - sonreímos y nos fundimos en un cálido beso.