lunes, 7 de mayo de 2012

Capítulo 64.

Me duché nada más despertarme y cuando salí Louis seguía dormido así que bajé al salón a desayunar. Todas las chicas estaban despiertas, las gemelas veían la tele y Lottie y Fizzy veían la tele mientras que Jay no paraba de dar vueltas por toda la casa.
- Buenos días - dije, Jay se fue a la cocina.
- ¿Qué quieres para desayunar, corazón?
- Tranquila, yo me lo preparo - sonreí.
- Menos mal porque tengo que preparar la casa para la cena de hoy.
- ¿Qué pasa hoy? - pregunté confusa.
- Vaya, parece que eso de que los enamorados no saben en qué día viven es cierto - rió - hoy es Nochebuena.
- ¡Anda, es verdad! - reí - pues si puedo ayudar en algo no dudes en decírmelo.
- Hombre, si pudieras ir luego a comprar cosas para la cena con Boo Bear me harías un gran favor.
- Eso está hecho - sonreí y me acarició las mejillas, luego se fue para seguir limpiando la casa. Me hice unas tostadas con mantequilla y un colacao y empecé a comérmelo. Cuando estaba acabando, llegó Louis.
- Buenos días princesa - me acerqué a él.
- Felicidades - nos besamos dulcemente.
- Gracias - sonrió - este es el primer cumpleaños que celebramos juntos ¿no? - asentí - ¿me preparas un poquito de té?
- Claro, pero solo porque es tu cumpleaños - cogí las bolsitas de té, llené una taza con agua caliente y metí la bolsita mientras Louis cogía un tazón y lo llenaba de leche hasta el borde para luego echarle un gran puñado de cereales. - Aquí tiene el abuelito - le dejé el té sobre la mesa - cuidado que quema mucho.
- Ignoraré eso de abuelito - reí - lo mejor es el contraste de la leche muy fría con el té muy caliente - dio un sorbo, se quemó y empezó a moverse mucho mientras gritaba.
- Te lo advertí - dije entre risas.
- ¡Lo has hecho queriendo! ¡Has atentado contra mí! - gritaba señalándome, las hermanas se giraron para ver qué pasaba y se rieron.
- Es que no se puede ir de listillo por la vida - dije a la vez que me reía, me senté donde él estaba sentado antes y empecé a comer sus cereales sin darme cuenta de que eran suyos.
- ¡Encima de asesina eres una ladrona de cereales!
- No me he dado cuenta - reí - toma.
- No seas tonta, me preparo otro tazón y ya está - me revolvió el pelo y me besó la frente. En menos de dos minutos ya estaba comiendo cereales a mi lado.
- Ah, se me olvidaba - dije de repente - tu madre me ha pedido que compremos los ingredientes para hacer la cena de esta noche.
- Menos mal que te has acordado ahora - rió - porque hoy cierra todo muy pronto. 
Terminamos de desayunar y nos vestimos. Bueno, me vestí porque a Louis no le dio la gana de quitarse el pijama, entendía que no se lo quisiera quitar para un viaje pero para ir a comprar tenía que vestirse ¡nadie va en pijama al supermercado! Nadie. Y por esa razón tenía que hacerlo él, para destacar. Me puse unos pantalones de chándal suyos y una sudadera suya también, me gustaba robarle la ropa a mis novios, siempre me había gustado, y Louis tenía mucha ropa así que había que aprovechar. 
Jay nos dio mucho dinero y fuimos de supermercado en supermercado buscando todo lo que había en la inmensa lista de la compra, parecía que iba a hacer comida para 50 personas cuando, en teoría, solo íbamos a estar nosotros siete y los padres de Jay. 
Llegamos a casa a la hora de comer, Jay no había cocinado nada porque había estado muy ocupada limpiando la casa así que Louis llamó a un chino para que trajera comida para todos.
Por la tarde, Jay nos pidió que entretuviéramos a las niñas para que ella pudiera cocinar tranquila así que nos fuimos al jardín a jugar todos juntos.
- ¿Jugamos un partido de fútbol? - preguntó Louis.
- ¡Sí! - dijimos todas a la vez, la verdad es que todas éramos muy futboleras, a todas nos gustaba mucho el fútbol.
- Bien - se quedó un rato pensando y por fin habló - Fizzy, Lottie, Daisy y Phoebe contra Alejandra y contra mí, jugamos al mejor de tres. ¿os parece bien?
- Siendo cuatro contra dos os ganamos seguro - dijo Lottie.
- No olvides que somos lo más mayores y que yo juego muy bien al fútbol - contestó - bien, basta de cháchara, ¡a jugar! - silbó imitando a un silbato, cogió una pelota que había tirada por ahí y la tiró al aire. Fizzy la cogió cuando calló y avanzó un poco por el campo hasta que Louis se le puso delante, entonces se la pasó a Phoebe, ella se la pasó inmediatamente a Lottie, que corrió hasta llegar a la portería y marcó un gol.
- No os flipéis, que todavía os podemos ganar - cogió el balón y me la pasó, yo empecé a correr hasta que me encontré con Lottie y Daisy, entonces se la pasé a Louis, que avanzó un poco más hasta que me la pasó y tiré a la "portería".
- ¡GOOOOOL! - gritó Louis. Fizzy cogió el balón y se lo pasó a Lottie mientras Louis me abrazaba por haber marcado el gol, Lottie se lo pasó a Phoebe y ella marcó otro gol. Ya está, habíamos quedado 2-1, habíamos perdido.
- ¡Qué tramposas sois! - gritó Louis mientras se reía - ¡Eso no vale!
- Nadie ha dicho lo que vale y lo que no - dijo Fizzy.
- Hemos perdido, nena - dijo mirándome con cara de pena.
- No pasa nada - reí y le acaricié el pelo. El deporte convertía a Louis en un niño pequeño, un adorable niño pequeño.
- ¡Chicos ducharse todos! - gritó Jay al asomarse por la puerta corredera.
- Ala, ya habéis oído a mamá - entramos todos y nos distribuimos en turnos para poder ducharnos. Primero iban las gemelas, luego Lottie, después Fizzy, a continuación yo y por último Louis. Cogí mi neceser y la ropa que me iba a poner para la cena y me metí en el baño, me estaba duchando con noté unas manos rodeando mi cintura.
- ¡Me has asustado, Tommo! - reímos - ¿qué haces aquí?
- Es que he pensado que así se gasta menos agua - sonrió pícaramente.
- Chico listo - intentamos darnos prisa pero es que era imposible no entretenerse al ducharme con Louis, le gustaba hacer pompas y jugar a salpicar, en fin, lo que yo os diga, era como un niño pequeño. Cuando salimos eran 20h, los invitados no tardarían en llegar y yo estaba un poco nerviosa, iba a conocer a los abuelos de Louis por primera vez y estaba un poco asustada. Me puse un vestido rojo ajustado, era de mangas largas, llegaba por la mitad de los muslos y tenía el escote de barco, lo combiné con mis taconazos rojos con mucha plataforma y me hice un moño de estos elegantes poco apretados y tienen algunos mechones de pelo sueltos. Me puse rímel y un poco de sombra en los ojos, nunca me maquillaba pero Nochebuena era Nochebuena. Me senté en la cama a esperar a que Louis terminara de peinarse, se había puesto unos chinos azules marinos con una blusa del mismo color y unos tirantes blancos, el pelo se lo dejó igual de revuelto que siempre. Se oyeron muchas voces provenientes del salón, los invitados ya habían llegado. Louis inclinó la cabeza hacia la puerta para que bajáramos, asentí, suspiré, entrelazamos las manos y bajamos las escaleras.
- Felicidades campeón - dijo su abuelo nada más que bajamos.
- Gracias, abuelo - me miró - ésta es Alejandra, mi novia.
- Encantado - me dio dos besos.
- Igualmente - sonreí.
- Así que ésta es la chica que tiene absorbido a nuestro nieto eeh - dijo su abuela - es muy guapa.
- Gracias - sonreí de nuevo. Se sentaron en la mesa del comedor, Jay la había abierto por completo y había puesto muchísimo platos y cubiertos, pero, que yo supiera, solo venían los abuelos de Louis. Estuvimos hablando un rato hasta que sonó el timbre.
- Voy yo - Louis se levantó de mi lado y se fue hacia la puerta.
- ¡Felicidades calabacita! - me levanté de un salto y miré hacia la puerta, Harry y Louis se abrazaban mientras Anne, Gemma y el resto de su familia miraban la escena.
- Felicidades Lou - un momento, esa voz me sonaba y la chica que abrazaba a Louis también.
- ¿Ana? - ella soltó a Louis y me esperó bajo la puerta con los brazos abiertos, la abracé con mucha fuerza y empecé a reírme sola - ¿qué hacéis aquí?
- Es el cumpleaños de mi marido así que tenía que estar con él - dijo Harry, me reí y nos abrazamos fuertemente mientras nos dábamos muchos besos en las mejillas. Me presentó al resto de su familia y luego nos sentamos en la mesa a charlar un rato. Ana me contó que había estado con Harry y su familia en Holmes Chapel hasta hoy, que habían venido para sorprenderme porque Louis se lo dijo. Volvieron a llamar al timbre y, de nuevo, fue a abrir Louis.
- ¡Felicidades Tommo!
- Gracias duende - ¿duende? ¿También había venido Niall?
- Felicidades Louis.
- Gracias rubia - pasaron, nos abrazamos y hablamos un poco. Niall no había traído a su familia porque un viaje para todos era muy caro pero había estado unos días en su casa de Mullingar con María. Al rato llegaron Liam, Carla y la familia de éste y una hora más tarde, recibimos a Zayn, Ari y la familia del presumido éste. Ahora ya entendía el por qué de tanta comida, de tantos platos, de tantos cubiertos y de tantas sillas. 
La cena fue muy divertida, las familias de los chicos se interesaban mucho por nosotras y era muy agradable ver lo mucho que se querían todos aunque no fueran una familia de verdad. El postre fue algo especial, Jay sacó del congelador un tarta enorme en la que ponía Feliz cumpleaños Boo Bear" y en la que había clavado dos velas, cada una con forma de número 2. Le cantamos "Cumpleaños Feliz" primero en inglés y luego en español ya que todos nos presionaron para que las chicas lo hiciéramos, suerte que Niall nos acompañó un poco. Finalmente, las gemelas se fueron a la cama así que nos dimos los regalos de Navidad. Jay me había comprado un bolso precioso y Lottie y Fizzy me habían regalado entre las dos un kit para pintar las uñas. Yo le regalé una pulsera y un colgante de plata a Jay, unos tacones altos de plataforma a Lottie y un set de maquillaje a Fizzy. Estaba mirando cómo se intercambiaban todos los regalos cuando noté que alguien tocaba mi hombro.
- Vamos al jardín, tengo tu regalo allí - sonreí y me levanté, agarré su mano y salimos juntos al jardín.
- Yo también tengo que darte un regalo - carraspeé - espero que no te haya importado que haya unido el regalo de Navidad con el de tu cumpleaños pero es que no tenía suficiente dinero para hacer dos regalos distintos.
- No era necesario que me regalaras nada.
- Ni tú tampoco.
- Pero me hacía ilusión porque sé que te va encantar - dijo con esa sonrisa que provocaba que se le entrecerraran los ojos.
- ¿Sí? ¡Dime qué es! - dije dando saltitos como una niña pequeña.
- Míralo tú misma - nos adentramos un poco en el jardín y me quedé con la boca abierta hasta que noté que Louis me abrazaba por detrás.
- ¿Te gusta?
- Louis, Dios, me encanta - dije mientras veía como un hurón negro con la cara blanca de apenas 2 meses con un gorrito de Santa Claus a punto de caérsele se movía de lado a lado del jardín. Lo cogí y me giré hacia él - Me encanta, es precioso.
- ¿Te gusta? - preguntó acariciándome la mejilla.
- Sí, de verdad, muchas gracias - dije antes de llenarle toda la cara de besos - Gracias, gracias, gracias, gracias.
- Me alegro mucho - dijo entre risas.
- Hola bonito - dije mirando al hurón, se había acomodado entre mis brazos mientras yo lo acariciaba.
- Dile al bicho éste que no se emocione, que eres mía.
- Tonto - dije entre risas - ¿cómo lo llamo?
- No sé, es tuyo, llámalo como quieras.
- Quiero que sea nuestro.
- ¿Nuestro? - preguntó con una gran sonrisa.
- Sí - sonreí - ¿Y si lo llamo William?
- ¿William?
- No, mejor no - reí y pensé un rato - ¡Willy! Le voy a llamar Willy.
- ¿Le vas a poner de nombre la abreviatura de mi segundo nombre a nuestro hurón?
- Claro - reí. Dejé a Willy en el suelo y abracé a Louis con todas mis fuerzas, él me abrazaba fuerte mientras yo acariciaba su pelo sonriendo como una tonta.- ¡Mierda! Se me olvidaba darte tu regalo! Espérame aquí - entré en la casa, subí a la habitación de Lottie y revolví toda la maleta en busca de su regalo, entonces me acordé de que estaba en el bolsillo de fuera, la cogí y bajé rápidamente - toma - dije cuando llegué a su lado. Miré su cara mientras lo abría, tenía boca abierta con expresión de sorpresa pero, a medida que fue leyendo lo que ponía dentro del sobre, apareció una enorme sonrisa en su cara.
- ¿Vacaciones para dos en un hotel de cinco estrellas en Nueva York?
- Sí, sé que es cutre pero no podía permitirme otra cosa.
- Calla tonta, me encanta - nos besamos.
- Entonces ¿te gusta?
- Claro, va a ser increíble ¿Una semana contigo, solos, en un hotel de lujo? Oh, vamos.
Sonreí, le había gustado. Nos quedamos un rato jugando con Willy hasta que comenzó a nevar, al entrar en casa, todos se echaron encima del hurón así que Louis y yo nos quedamos tranquilos hablando en un lado del salón sobre el viaje. Salía al día siguiente a las 11 desde Londres así que debíamos salir de aquí a las 7am por lo que nos despedimos de todo el mundo y nos fuimos a dormir.
- Este ha sido el mejor cumpleaños de mi vida.
- Estas van las mejores Navidades de mi vida.
- Buenas noches, García.
- Buenas noches, Tommo - sonreímos y nos fundimos en un cálido beso.

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