domingo, 25 de marzo de 2012

Capítulo 45.

- Buenos días, dormilona - sentí un suave beso en la frente.
- Buenos días, madrugador - bostecé - nunca entenderé qué le ves a eso de madrugar.
- Si lo hago aprovecho el día al máximo - nos besamos - además hoy es 6 de agosto, lo que significa que toca limpieza general.
- Entonces despiértame mañana ¿vale? - rió.
- Vamos, no seas vaga - me destapó - no me obligues a repetir lo del vaso de agua.
- No te atreverás.
- Sabes que lo hago.
- Está bien - me levanté de mala gana - ¿puedes recordarme por qué te quiero?
- Porque soy un abuelito muy sexy obsesionado con zanahorias y rayas - sonrió.
- Ah, verdad, por eso - sonreí y nos besamos. Bajamos las escaleras y, como siempre, ya estaban todos desayunando. Todos los chicos estaban en calzonas y sin camiseta menos Harry que, obviamente, iba en boxers y las chicas íbamos en pijamas veraniegos de un color distinto. La verdad es que, despertarte con cinco chicos sin camiseta paseándose por ahí, alegraba bastante la vista. La vista, la mañana, la semana... lo alegraba todo. Al terminar de desayunar, nos repartimos las tareas. A Louis y a mí nos tocó ordenar nuestra habitación y limpiar los coches, Niall y María tenían que limpiar la cocina, Liam y Carla debían limpiar el comedor, Harry y Ana el salón y a Ari y Zayn les tocó arreglar el jardín. 
- ¿Hacemos primero lo de la habitación? - pregunté - es que es lo más aburrido.
- ¿Por qué ordenar la habitación pudiendo hacer algo mejor? - una media sonrisa traviesa apareció en su cara, cogió mi mano y salimos corriendo escaleras arriba.
- Louis no creo que ahora sea un buen momento...
- ¿Por qué?
- Porque los chicos están dando vueltas por toda la casa y... nos podrían oír.
- Cierto. - miró al suelo - no pasa nada, esta noche nos escapamos a mi piso.
- Me parece genial - sonreí. 
Tardamos una hora en ordenar y limpiar la habitación, la verdad es que éramos los más desordenados de la casa. Teníamos todo tirado por el suelo, había CD's por todos los rincones de la habitación, pelotas, papeles, el portátil y varios cargadores por el suelo, etc. eso era un desastre. Al acabar, la cocina, el comedor y el salón ya estaban listos, sólo quedaba cortar el césped del jardín, limpiar las tumbonas y los coches así que aprovechamos para comer y descansar. Después de vaguear dos horas, nos pusimos manos a la obra.
- No estoy de acuerdo con...
- ¿Con qué? ¿Con que lleves ropa? - me interrumpió - yo tampoco.
- ¡Louis! - le pegué en el pecho.
- ¿Qué? - sonrió como un niño bueno.
- Estás demasiado tontorrón últimamente, Harry te influye demasiado.
- Como para no estarlo con alguien como tú a mi lado las 24h del día - nos besamos.
- En fin, iba a decir que no estoy de acuerdo en que tengamos que lavar los tres coches.
- Hagámoslo divertido - cogió la manguera, abrió el grifo y me mojó.
- ¿Esto es divertido? - Louis se reía de mi reacción - ¡te vas a enterar! - me acerqué a él mientras él me mojaba con la manguera, se la guité y le mojé.
- Ahora verás - cogió una esponja y la llenó de espuma.
- ¡No, por favor!
- Te lo has buscado - se acercó a mi mientras yo intentaba alejarlo con el agua y me llenó de espuma. Me quitó la manguera y me dio con el agua otra vez, aproveché y cogí la esponja. Se la tiré, le dio en toda la cara. - ¡Mis ojos!
- Lo siento - corrí hacia él - ¿estás bien? Louis, lo siento.
- Estoy bien - rió e imitó mi reacción, cogí el cubo de agua y se lo tiré por encima.
- Eso por asustarme - me abrazó y me puso contra su coche.
- Esto por quererme - me besó. Rodeé su cuello con mis brazos mientras él se apoyaba al coche un una mano y la otra la enredaba en mi pelo, nuestras lenguas jugaban mientras nuestros labios se fundían en uno solo. 
[Narra Ariadna]
Desde el jardín veía como Carla y Liam y María y Niall se mimaban y escuchaba como Louis y Alejandra se lo pasaban bien. Yo estaba ahí, tumbada en la hamaca mientras Zayn cortaba el césped.
- ¿Qué te pasa? - me preguntó cuando acabó.
- Nada - me pasaba algo, no estaba muy segura de qué.
- No me mientas, te conozco perfectamente.
- No sé Zayn - suspiré - es que vi como Niall, María, Liam y Carla hicieron un mes juntos y los celebraron y a Louis y a Alejandra les falta poco y nosotros ¿qué?
- ¿Como que qué?
- No sabemos cuando es nuestro aniversario.
- ¿Sabes? Hoy estaba mirando a la cara más maravillosa del mundo...
- ¿Te mirabas al espejo? - le interrumpí.
- No - rió - te estaba viendo dormir en la hamaca y me di cuenta de que no importa que no sepamos cuando empezamos a salir, Ari, lo que importa es que siempre sonrío gracias a ti.
- Pero si no sabemos esa fecha es porque no fue muy importante ¿no?
- Sé la hora y el minuto exacto del día en el que empecé a ser uno de los hombres más felices del mundo. No tienes ni idea del impacto que has causado en mi vida, eres alucinante y me alegro de que seas mía
- Entonces ¿por qué no planeaste algo especial?
- Porque me gusta más celebrarlo día a día - me cogió la mano - Cada día es especial, el 27 fue cuando todos los días empezaron a ser especiales, el resto de los días son los que verdaderamente importan. 
- Menos mal - sonreí - pensé que no creías que lo nuestro fuera importante.
- Cierra los ojos - le obedecí. - ¿qué ves?
- Nada.
- Pues ese es mi mundo sin ti. - abrí los ojos y vi su enorme sonrisa.
- Ven aquí tonto - le acerqué y nos besamos. Tenía razón, ¿qué importaba cuándo fuera nuestro aniversario? Lo mejor era no saberlo y vivir cada día como si fuera ese día especial en el que empezó todo. Cuando Zayn terminó de cortar el césped fuimos a ducharnos, al bajar, Louis y Alejandra volvían de lavar los coches.
- ¿Qué os ha pasado? - preguntó Zayn.
- Hemos tenido ciertos... problemillas - Louis miró a Alejandra y le guiñó un ojo. Se notaba que se querían mucho, Alejandra hacía que Louis fuera incluso más inmaduro, le hacía sentirse como un adolescente de nuevo y eso nos encantaba. Subieron a ducharse y bajaron al cabo de una hora. 
- ¿A dónde vais? - preguntó Harry, estaba muy raro, como molesto. Alejandra se había puesto sus vaqueros pitillos, una camiseta con el dibujo de la bandera de Gran Bretaña y unos taconazos rojos preciosos, se había hecho una trenza desenfadada. Louis llevaba sus vaqueros, una camisera de rayas y el pelo despeinado, cargaba con una pequeña bolsa de viaje.
- A cenar - dijo cogiendo unas llaves - ¡no nos esperéis despiertos! - gritó antes de cerrar la puerta. Miré a Harry, tenía una expresión triste, confusa ¿y si todavía la quería?
[Narra Alejandra]
Salimos con las manos entrelazadas y nos fuimos paseando hasta el apartamento que compartía con Harry. Durante el camino, se nos acercaron muchas fans e incluso notamos flashes de los paparazzis pero no nos importó, seguimos adelante con una sonrisa, actuando como si no estuvieran allí. Llegamos a eso de las 20:30, Louis llevaba ropa en una bolsita de viaje para poder cambiarnos al día siguiente y que las revistas no sacaran conclusiones, de nuevo, al vernos al día siguiente con la misma ropa. Entramos en su habitación para ponernos el pijama y me fijé más en la decoración, había un montón de fotos de su familia, de los chicos, de él, de Harry y vi una que me llamó la atención.
- Bonita foto - la señalé - esa...
- Es mi favorita - me interrumpió, me abrazó por detrás y me besó. Era una foto de mí sonriendo, me la hizo en el coche de camino al parque de atracciones de Madrid, salía sonriendo de una forma muy natural, sin posar y se me veía muy feliz - me encantas.
Miré más fotos, la mayoría estaban pegadas en la pared, solo estaban enmarcadas sus favoritas. Era muy tierno que tuviera tantas fotos de su familia y amigos, se notaba que los echaba de menos. Bueno, si os soy sincera, yo echaba tanto de menos a mi familia que, antes de volverme de España con Louis, cogí una foto en la que salíamos mis hermanos, mis padres y yo y la puse en la habitación que compartíamos en la casa de los chicos. Salimos de allí y nos pusimos a ver la tele. Louis llamó a un chino para que nos trajera la cena y seguimos viendo la tele.
- No hemos venido a ver la tele ¿me equivoco? - la apagó.
- Nunca te equivocas - sonreí y le besé. Me cogió como una princesa y me llevó a su habitación mientras nos besábamos una y otra vez. Por fin pudimos hacer lo que llevábamos tanto tiempo esperando, por fin pudimos volver a ser uno, por fin me hizo suya de nuevo.
Me despertó el ruido de la lluvia al chocar con el cristal de la ventana, Louis acariciaba mi espalda y jugaba con mi pelo.
- ¿Qué hora es? - pregunté.
- Hora de besarte - me besó.
- No, en serio ¿qué hora es?
- Hora de besarte otra vez - me besó de nuevo. - Son las 12, princesa - miró el reloj de nuevo - ¡Las 12! ¡Tenemos que irnos!
- ¿Por qué?
- Los chicos y yo tenemos una entrevista a las 13h - se levantó deprisa - Nos duchamos, te dejo en casa y me voy para allá rápidamente.
Nos duchamos y nos vestimos. Me puse mis vaqueros con la camiseta de "Vas happenin'?" y los mismos zapatos de la noche anterior, Louis optó por unos pitillos azules, una camiseta blanca y unos tirantes azules. Le despeiné un poco y salimos corriendo a la casa de los chicos. Me dejó en la puerta.
- Hasta luego - nos besamos.
- Suerte, cielo.
Se montó en el coche y me dijo adiós con la mano mientras se alejaba. Entré en la casa, saludé a las chicas y miré el reloj. Las 12:45, Louis iba a llegar tarde . Me preparé unos cereales para desayunar y me senté con las chicas a ver la tele. Mientras que empezaba y no, me conecté a Twitter y vi una mención de alguien que conocía, de Liam "Reñid todos a Louis por llegar tarde y a @Alejandra_Stylik por ser la culpable". Respondí "Yo no he tenido la culpa de nada, nos hemos despertado tarde." Entonces llegó una mención de Louis "Reñid todos a Liam por no llegar tarde y a @Alejandra_Stylik por ser tan guapa y distraerme tanto ;) xx." Sonreí, Louis ya había llegado así que no habría ningún problema. Me llegaron muchas menciones de chicas diciendo que adoraban que habláramos por Twitter entre nosotros pero no pude responder porque escuché la sintonía del programa así que twitteé "Viendo a Tommo en la tele, está muy guapo xx.". El presentador dijo un montón de cosas a las que no presté atención hasta que escuché "One Direction". Las chicas dejamos todo lo que estábamos haciendo e permanecimos en silencio hasta que terminó el programa a eso de las 14h. La entrevista estuvo bastante bien, se centraron mucho en sus carreras y en el tour de "The Light", lo único que hablaron de su vida privada fue que echaban de menos a sus familias pero que estaban felices. Los chicos llegaron a las 14:30h, les sorprendimos con la comida hecha y se alegraron mucho, sobre todo Harry porque ya empezaba a hartarse de cocinar tanto. Durante la siesta estábamos todos acurrucados y haciendo tonterías.
- ¡Eh! - gritó Louis, siempre se le ocurría algún plan en estos momentos del día - ¡Hoy ponen el Manchester United!
- ¿Contra quién juega? - preguntó Niall.
- Contra el Sevilla F.C.
- ¿A qué hora? - pregunté emocionada, yo era sevillista desde que nací.
- A las 20h - me miró - ¿por qué tanta emoción?
- Creo que tu novia es del Sevilla F.C. - dijo Zayn riéndose.
- ¡No jodas! - exclamó - entonces esto es un partido interesante, ¡voy a comprar palomitas!
Se levantó, se puso unos botines y salió a la calle. Apoyé mi cabeza en el hombro de Harry y él me rodeó con su brazo, empezaron a hablar de algo que no me interesaba y me hice la dormida.
- La quieres ¿verdad? - era la voz de Liam.
- Pff - me acarició el pelo - demasiado, ella es mi todo.
- No puedes seguir así, Harry.
- Lo sé.
- ¡Ya he vuelto! - gritó Louis al cerrar de un portazo. Se sentó a mi lado y me dio un beso en la mejilla. - ¿Está dormida? - le preguntó a Harry.
- Ya no - fingí bostezar - gritas mucho. 
- Lo siento pero es que estoy emocionado - sonrió - es la primera vez que a mi novia le interesa el fútbol y además es del equipo contrario, esta noche será divertida.
- ¿Todas sois del Sevilla F.C.? - preguntó Liam.
- A nosotras el fútbol nos da igual pero con tal de molestar a Louis... - dijo Carla.
- Ja, ja muy graciosa Carlita - dijo Louis irónico. - ¡Voy a prepararlo todo! - Se levantó y subió a la habitación, al cabo de un tiempo bajó con la equipación puesta, una bufanda en la mano y la cara pintada con los colores de su equipo. Louis era un forofo del fútbol, le apasionaba desde pequeño y siempre que podía intentaba jugar partidillos con sus amigos, su equipo favorito era el Manchester United, nunca se había perdido un partido y nunca lo haría. Los días que había partido le gustaba decorar la casa con los colores de su equipo y al día siguiente se despertaba afónico. A mí me gustaba el fútbol y veía los partidos de mi equipo pero no era tan aficionada como él, yo simplemente me ponía la equipación y gritaba a la tele. Louis estaba decorando la casa con millones de cosas rojas y blancas así que aproveché para subir a la habitación y prepararme para picarlo un poco. Busqué en el armario de Louis ya que había mezclado mi ropa con la suya y encontré unos shorts blancos y una camiseta roja. Me los puse y busqué medias de fútbol para ponérmelas en plan imitándolo, encontré unas rojas y me las puse también. Antes de salir me fijé en que Louis había colocado la foto de mi familia en la mesita de noche para que yo pudiera verla desde cualquier lado de la habitación. ¿Era tierno o no era tierno? Era mucho más que eso. Bajé con una gran sonrisa y vi que Harry estaba preparando unos aperitivos. Entre una cosa y otra empezó el partido, Louis y yo nos mordíamos las uñas mientras que los otros se reían de nuestros gritos. Ana recogía las palomitas que había tirado Louis cuando el Manchester marcó un gol, se levantó de la emoción y las tiró todas, después me lo restregó. Llegó el descanso y el resultado era 2-1 para el Manchester, aprovechamos para cenar unos sándwiches y para compartir impresiones y luego volvimos al partido. El tiempo iba a acabar e íbamos perdiendo por un gol así que yo no paraba de gritarle cosas en español a la tele, las chicas se reían de las tonterías que decía y se las traducían a los chicos.
- ¡Gooooooool! - grité - ¡Chúpate esa Tomlinson!
- ¡No puede ser! - Louis estaba de pie y dando vueltas por todos lados - ¡en el último minuto!
- Ala, empate - dijo Zayn entre risas - al final os habéis picado para nada.
- Son las 22h - dijo Liam - vámonos a dormir que mañana hay entrevista.
- ¿Otra? - preguntó María.
- Iros acostumbrando, lo más normal es que tengamos entrevistas todos los días.
- Pues vaya mierda - dije.
- No pasa nada, es una hora sin mí como mucho - dijo Louis.
- Venga - dijo Liam de nuevo - a la cama.
- ¡A sus órdenes! - dijeron Niall, Zayn, Harry y Louis a la vez.
- De eso nada, Louis - lo frenó - tú te quedas recogiendo todo lo que has armado.
- Joooo - suspiró.
Subí a la habitación y me puse el pijama, me lavé los dientes y la cara y me hice la cola de siempre. Louis llegó a la media hora, se quitó la equipación y se puso sus calzonas para dormir, entró en el baño y se lavó la cara y los dientes. Nos tumbamos como siempre, apagó la luz y nos quedamos hablando durante dos horas más o menos.
- Buenas noches futbolista.
- Buenas noches bicho - nos besamos. Estaba medio dormida cuando oí que me llamaba en un susurro - Alejandra
- Dime - dije con voz de dormida.
- Que sepas que hemos ganado.
- De eso nada, ha sido un empate.
- Pero mi equipo ha jugado mejor que el tuyo.
- El resultado es el mismo, un empate.
- El Manchester ha ganado y punto, admítelo.
- Nunca - sonreí y le di un beso en el pecho - a dormir ya que luego Liam se enfada.
- Vale, ya me duermo - dijo como si fuera un niño pequeño. - Te quiero.
- Y yo a ti.


sábado, 24 de marzo de 2012

Capítulo 44.

- ¿Qué haces aquí?- ignoré lo que me había dicho - ¿No has quedado con los chicos?
- Alejandra, no vuelvas a Londres - me cogió la mano - quédate conmigo, te quiero.
- No puedo Pablo - miré al suelo - debo volver.
- ¿Por qué? ¿Es por Louis?
- Por Louis, Liam, Niall, Zayn y Harry.
- ¿Y yo qué?
- No me hagas esto.
- Es que me parece muy fuerte que prefieras a esos chicos a los que les dirás adiós en un mes antes que a mí, que me tendrás aquí por siempre.
- Por eso mismo me vuelvo a Londres, porque solo me queda un mes con ellos y quiero disfrutarlo al máximo, contigo me queda una vida entera pero solo tengo un mes con ellos - carraspeé, me dolía solo de pensarlo - entiéndeme.
- Lo hago - me soltó la mano - está bien, pero prométeme que nos veremos en septiembre.
- Te lo prometo - le abracé y le di un beso en la mejilla.
- Bueno, he quedado con los chicos y llego tarde - hizo una pausa - te quiero mucho más de lo que crees ¿vale? - asentí y me besó en la cabeza - espero verte en septiembre.
- Te llamaré pronto, feo.
Se dio la vuelta y desapareció en la oscuridad de la noche. Me senté en el sofá junto a mi padre y empecé a ver la tele pero alguien llamó a la puerta de nuevo, oí como mi madre iba a abrir así que me quedé sentada.
- Alejandra, preguntan por ti.
- ¡Voy! - me levanté y me fui a la puerta - Pablo, eres un...
- Te he echado de menos. - me interrumpió la persona que estaba en la puerta con un hilillo de voz. Ahí estaba yo, bajo el marco de la puerta, mirándolo de arriba abajo y sin saber cómo reaccionar. Llevaba puesta la misma ropa con la que lo vi por última vez, no tenía maleta, solo el móvil en la mano y me miraba con una media sonrisa sexy mientras jadeaba como si hubiera venido corriendo.
[Narra Louis]
Al terminar de hablar con Harry me di cuenta de que debía estar con ella quisiera o no así que le pregunté a Ari su dirección de Chipiona y salí con lo puesto, móvil en mano y sin avisar a los demás. Al bajar del avión en Málaga, un bus me llevó a Jerez y allí cogí un taxi que me llevó al faro del pueblo, desde allí corrí a su casa. Siete horas, siete putas horas fue lo que tardé en ir a su lado. Llamé a su puerta. Me abrió una mujer que me sonrió y gritó algo que no comprendí, luego oí su voz cantarina y feliz contestando algo que tampoco entendía y, finalmente, apareció dando saltitos y diciendo algo sobre Pablo.
- Te he echado de menos - le interrumpí porque no tenía ni puta idea de lo que estaba diciendo, se quedó mirándome, en shock y por fin reaccionó. 
- ¡Tommo! - Corrió hacia mí, la cogí por las caderas y la levanté, ella rodeó mi cuello con sus brazos y se aferró a mi cintura con sus piernas. Nuestros labios se juntaron y nuestras lenguas jugaron a un ritmo rápido pero nada agobiante. - Yo también te he echado mucho de menos - dijo cuando hubo un hueco entre nuestras bocas, sonreímos y nos volvimos a besar. Me sorprendí de mi fuerza, no sabía que pudiera cogerla tanto tiempo mientras nos besábamos a la vez. Beso, "te quiero", sonrisa y beso. Beso, "te quiero", sonrisa y beso. Beso, "te quiero", sonrisa y beso. Beso, "te quiero", sonrisa y beso. Así muchas veces hasta que se bajó - lo siento, me he dejado llevar.
- No pasa nada - reí - ya ves que soy muy fuerte.
- Sí - rió - ¿Qué haces aquí? - preguntó con su preciosa sonrisa en la cara.
- He venido a comer un poco de paella de la buena, la última vez que comí fue de la tuya y estaba repugnante - me dio muchos golpes en el pecho - nah, te echaba de menos.
- ¡Pero si iba a volver mañana! Eres un exagerado.
- Un poco pero es que necesitaba tus besos - nos besamos de nuevo.
- Por Dios, qué tonta soy - rió nerviosa, me encantaba joder - pasa y ponte cómodo.
Entramos con las manos entrelazadas. Si os digo la verdad, no me fijé en la decoración, me era imposible apartar la mirada de mi niña. Sí, mi niña. Su madre salió de la cocina y dijo algo en español, luego ella le contestó señalándome.
- Lou, esta es mi madre - añadió en inglés. Sonreí y le di dos besos.
- Encantado, es usted muy guapa - a juzgar por la cara que puso, no me entendió así que Alejandra le tradujo lo que dije y su madre sonrió.
- Dice que puedes llamarla por su nombre, Eva y que para encantada, ella - me tradujo lo que contestó su madre - dice que si tienes hambre.
- La verdad es que sí, no como desde las 18h - Alejandra lo tradujo de nuevo y Eva me preparó dos filetes de pollo muy grandes y sabrosos, me los comí rápido y con mucha ansia - ¡estaba delicioso! muchas gracias - Alejandra se rió.
- Dice que muchas gracias a ti, que da gusto que la gente la felicite por su esfuerzo - puso una cara muy graciosa mientras decía esto, como si estuviera harta de que lo dijera siempre - y que si quieres postre.
- No, gracias - cogí los platos, los llevé a la cocina y los dejé en el fregadero. Al salir de allí, me crucé con un chaval y una chica.
- Cielo, estos son mi hermano Sergio y mi hermana Andrea - la di la mano al chico y le di dos besos a la chica.
- Encantado - sonreí.
- Así que tú eres Louis - dijo Sergio, hablaba un buen inglés así que Alejandra se alegró de no tener que traducir nada, asentí - encantado tío, hablamos mañana que he quedado.
- Lo mismo digo - la chica salió a la vez.
- Pues nada - dijo Alejandra - ¿subimos a mi cuarto para estar solitos?
- Tentador - sonreímos pícaramente y subimos las escaleras pero su padre nos detuvo.
- Lou, este es mi padre - lo señaló.
- Encantado, señor - le tendí la mano pero me abrazó, miré a Alejandra, se moría de vergüenza. Mantuvieron una conversación en español y volvimos a subir las escaleras - hasta luego - dije en un patético español mientras subía. Llegamos a una buhardilla amarilla llena de pósters de One Direction y fotos de Alejandra con las chicas. - Vaya, me siento acosado por mí mismo.
- Estaba tan obsesionada contigo que te necesitaba hasta en la casa de la playa - sonrió tímidamente.
- ¿Ya no estás obsesionada? Pues qué pena, entonces me voy - hice como que me iba y me agarró del brazo.
- ¡Tonto! - me besó con fuerza - Mi padre dice que te puedes quedar a dormir y que mañana podemos irnos a la hora que queramos.
- ¿Sabes? Tu padre me encanta - sonreí.  Otro beso.
- ¿No traes más ropa? - preguntó mientras se quitaba la ropa.
- Que va, he venido con lo puesto, a la aventura - nos reímos. Ella estaba en ropa interior, intentaba mirarla a los ojos pero la vista se me desviaba.
- Quizás mi hermano tenga algo para ti - dijo mientras buscaba algo en su maleta.
- ¿Te vas a poner ropa? - dije decepcionado, ella rió.
- Claro, voy a buscarte algo - salió por la puerta y examiné la habitación. Miré todas y cada una de las fotos, qué mona era por Dios. Había hecho bien en venir a verla, si no lo hubiera hecho me habría muerto de asco.
- No he encontrado nada.
- Sí, claro... eso lo dices para que yo duerma sin ropa.
- Harry te está pegando ciertas cosas que no me gustan eeh.
- No te hagas la estrecha - me acerqué y junté nuestras frentes - en el fondo te encanta verme sin camiseta.
- No te diré que no - rió.
- Pues yo pido igual de condiciones, si yo duermo sin ropa tú harás lo mismo - le quité la camiseta.
- Ni se te ocurra, Tommo - intentó quitármela pero no pudo. Acabé tumbado en la cama con ella encima.
- ¿Por qué me dices Tommo o Tomlinson en vez de Louis? - me acerqué mucho a ella
- Porque pega más para el Swag Masta from Doncasta, mola - sonrió, tenía la respiración muy agitada, estaba muy nerviosa y eso me encantaba. 
- Bueno te lo perdono porque tienes razón - la besé, nos besamos una y otra vez y me separé - Alejandra, me estoy poniendo un poco tonto...
- Lo siento - rió y me volvió a besar.
- Alejandra, como sigas así... - hice una pausa y me entendió.
- Es que te he echado de menos - reímos.
- Sí pero tus padres están aquí y no quiero que piensen que te violo o algo - se rió.
- Tienes razón - se separó - pero prométeme que en Londres... disfrutaremos más de una noche.
- Todas las que quieras - sonreí, me acerqué y nos volvimos a besar. Fue al servicio y aproveché para quitarme la ropa. Salió con la misma cola de siempre, dando saltitos hacia la cama. Me tumbé a su lado, en el mismo lado en el que dormía normalmente y me tapé.
- Esto no es Londres ¿sabes? como te tapes vas a morir - me reí y le hice caso. Apagó la luz y nos pusimos como siempre, yo miraba al techo con una mano bajo mi cabeza y la otra sobre sus hombros mientras ella estaba tumbada de lado con su cabeza en mi pecho y su brazo rodeando mi cintura.
- Buenas noches, pequeña - le besé la cabeza.
- Buenas noches, Tommo - no sé si lo hizo queriendo para picarme, lo más seguro es que sí. Sonreí y nos besamos. Había sido un día muy movido y bastante largo: Alejandra se despertó enferma, vimos las revistas, la mala noticia, la despedida, la conversación con Harry, mi huida, el reencuentro, conocer a su familia y ahora aquí estaba, con ella abrazada a mí en su cama. La quería muchísimo pero me entristecía pensar que en poco más de un mes la perdería para siempre. ¿Cómo debía sentirse Harry al respecto? Él la quería también pero no podría aprovechar los últimos días que tuviéramos juntos como a él le gustaría, fue un enorme detalle por su parte engañarnos para que saliéramos pero era muy duro para él. En fin, ya hablaría con él cuando llegara. Mierda. No había avisado a los chicos de que había venido aquí y tenía apagado el móvil, me daba miedo la reacción de Liam así que decidí esperar a llamarlo mañana. 
El sol brillaba en un cielo azul añil intenso, el tiempo de Londres no tenía nada que ver con este, entraban ganas de quedarse aquí para siempre.
- Buenos días, Tomlinson - dijo Alejandra mientras bostezaba.
- Buenos días, García - nos besamos.
- ¿A qué hora te apetece que nos vayamos?
- A la que tú quieras, no seré yo el que te diga cuando decir adiós a tu familia.
- Bueno, por lo pronto, bajemos a desayunar.
Nos incorporamos. Me puse la ropa del día anterior y Alejandra se quedóen pijama, bajamos las escaleras y nos sentamos en el comedor. Estuvimos hablando con sus hermanos mientras su padre llegaba de comprar churros. Sergio me pareció un tipo genial, estaba en 4º de arquitectura por lo que tenía mi edad. Tenía un gusto musical genial que, obviamente, Alejandra había heredado. Mantuvimos conversaciones muy interesantes sobre su carrera, mi profesión y la música, al tener la misma edad, nuestros gustos era idénticos. Andrea era una chica muy simpática de la edad de Lottie, me recordaba mucho a ella porque era extremadamente presumida e iba de mayor. Al tener la edad de mi hermana, sabía qué temas tratar con ella así que también pude hablar un poco con Andrea. Cuando su padre llegó, los churros volaron en cuestión de segundos. Al terminar de desayunar, nos subimos a la habitación.
- Adoro a tus hermanos - dije nada más cerrar la puerta - eres idéntica a Sergio.
- Sabía que os llevaríais genial - sonrió.
- Lo único que me incomoda es que tengo su edad - miré al suelo - me siento raro y él debe de ver raro que alguien de su edad salga con su hermana pequeña.
- No seas tonto - me cogió la cara suavemente y me besó - eso no importa.
- Sí tu lo dices...
- Claro que lo digo - abrió su maleta para guardar el pijama y ponerse algo decente - ¿qué hace esto aquí?
- ¿El qué? - sacó mi camiseta de Leeds Festival.
- ¿Lo has metido tú? - puse carita de niño bueno - ¡Lo has metido tú! - exclamó entre risas - Ea, pues ahora me la pongo.
- Por eso la puse, para que la llevaras puesta - la miré, le quedaba holgada pero le hacía un cuerpazo... - Dios, si es que... pfff.
- Anda tonto, vámonos - cogí su maleta y bajamos por las escaleras.
[Narra Alejandra]
La visita de Louis me había encantado, no me esperaba que viniera así que fue una sorpresa enorme. Eso me demostraba lo mucho que me quería, lo mucho que me necesitaba y, si os soy sincera, yo lo quería con todas mis fuerzas. Además había conquistado a mi madre y a mis hermanos así que ¿qué más podía pedir? Quería volver a Londres, a la casa de los chicos y abrazarlos de nuevo, los echaba mucho de menos y eso que solo llevaba un día sin verlos. Nos despedimos de mis padres y mis hermanos y cogimos un taxi para que nos llevara a la estación de autobuses de Jerez. Cogimos el bus de las 12h con destino al aeropuerto de Málaga. Durante el camino jugamos a varios juegos como el veo-veo, las palmitas, juegos con los móviles e hicimos unas listas de deseos.
- Quien los cumpla antes o cumpla la mayoría gana - terminé de explicárselo.
- ¿El qué gana?
- Eso ya lo pensaremos - nos concentramos e hicimos las listas. "Deseos de Louis "The Tommo" Tomlinson: ser Superman, besar a alguien en lo alto de la Estatua de la Libertad y casarse en la playa". "Lista de Alejandra "The Beast" García: volar, besar bajo la lluvia y besar en lo alto del Empire State Building con los fuegos artificiales de fondo".
- Eso no vale - dije señalando su lista.
- ¿El qué?
- Ser Superman.
- ¿Por qué?
- Porque ya eres mi Superman, estás ahí cuando más te necesito - nos besamos.
- Entonces voy ganando - sonrió con su sonrisa de listillo.
- Me gustaría saber qué ha pasado por tu mente para que pongas en mi lista "Alejandra "The Beast" García"
- Es que "The Tommo" suena a luchador de boxeo - reímos - así que te busqué uno para que no te sintieras mal.
- Eres imbécil - le pegué.
Llegamos al aeropuerto a las 15h así que comimos en un McDonald's de allí. Pedimos dos billetes a Londres para el vuelo que saliera más temprano y facturamos mi maleta. Ahí estaba yo un 5 de agosto sentada al lado de Louis, con las manos entrelazadas y besándonos cada dos por tres ¿quién me habría dicho que acabaría saliendo con uno de mis ídolos? Ni siquiera yo lo había pensado al ir a Madrid, no había pensado en la posibilidad de conocerlos y mucho menos de pasar un verano en su casa de Londres. Mi vida era perfecta, por una vez la suerte me sonreía. Escuchamos el aviso del vuelo y nos dirigimos a la puerta de embarque. La gente nos miraba raro, en parte era normal, Louis iba en chándal con su gorro gris, barba de dos días y con el móvil en la mano y yo iba con su camiseta de Leeds Festival, mis gafas de sol, unos shorts vaqueros y en chanclas de la playa. Éramos el espectáculo del aeropuerto, no encontramos directioners por ningún lado así que llegamos rápidamente al sitio. Nos subimos al avión y dormimos las dos horas que duró el vuelo. Tuvimos problemas en Heathrow porque nos reconocieron muchas fans, le pidieron un montón de fotos y abrazos a Louis y nos hicieron muchas fotos cuando nos alejamos cogidos de las manos. Louis tenía su coche aparcado en el parking del aeropuerto así que no tuvimos que gastar dinero en taxis ni buses. Entre una cosa y otra, llegamos a la casa de los chicos a las 19h.
- ¡Ya estamos aquí! - gritó Louis al abrir la puerta.
- ¡Chicos! - todos dejaron lo que estaban haciendo para abrazarnos y llenarnos de besos en el recibidor.
- Louis, eres un capullo - Liam le abrazó con fuerza - nos habías preocupado por irte sin avisar.
- Lo siento tío, es que sentí que debía hacerlo y que si os lo decía intentaríais pararme.
- Bah, da igual, lo importante es que has vuelto con ella - me miró y me abrazó - te he echado de menos hermanita.
- Tío, no abuses del término hermanita porque ya tiene un hermano mayor que es la hostia.
- ¿Has conocido a su familia? - Harry intervino desde la otra punta.
- ¡Calabacita! - Louis corrió hacia él y se tiró encima.
- ¡Me haces daño! - gritó Harry desde el suelo.
- Lo siento, me he emocionado - se levantaron, Harry vino hacia mí, me abrazó fuertemente y me dio un gran beso en la frente.
- Te he echado de menos, muchísimo - susurró - esto ha estado muy triste sin tu risa y muy oscuro sin tu sonrisa.
- Yo también - no supe qué decirle así que me limité con esa mierda y le toqué los rizos.
-¡Eh! No toques mis rizos.
- ¿Yo puedo? - dijo Louis con un tono de voz femenino.
- Por supuesto, tú puedes tocar lo que quieras - le guiñó un ojo, estos chicos se pasaban de gays. Después de esa escenita, Louis y yo subimos a su habitación, bueno, se podía decir que era de los dos porque yo tenía todas mis cosas tiradas por ahí. Deshice mi maleta mientras que Louis se duchaba y luego me duché yo. Cenamos las sobras del almuerzo de los chicos y vimos una peli de miedo todos juntos. Devil Inside era acojonante, demasiado para mi cuerpo, las chicas y yo no parábamos de gritar mientras que los chicos se hacían los valientes. Nos fuimos a la cama nada más terminar, nos tumbamos en la misma posición de siempre.
-Tengo miedo.- le abracé muy fuerte - Tengo muchísimo miedo.
-Tranquila, estoy contigo.- me acarició la espalda y me apretó a él.
-Pero no lo estarás siempre. A lo mejor mañana me despierto, intento abrazarte y no estás, y me has dejado por otra chica más guapa, más alta y más mayor que yo. - lo miré - Además, no sé si ahora me estás queriendo, quizás ya no estás enamorado de mi y te da palo decírmelo.
- ¿A qué viene esto, Alejandra? - me miró extrañado.
- Hagamos algo. Voy a cerrar los ojos muy fuerte, voy a apretar los dientes y voy a agarrarme las piernas con las manos, ¿vale? Venga, ya estoy preparada, dime lo que sientes ahora mismo.
-Estás preciosa, eres preciosa. ¿Sabes? Me encanta cuando te pones así, o cuando te tapas hasta arriba con la sábana, o cuando me besas en la mejilla, o cuando te muerdes las uñas. Amo cuando te pillo bailando en el baño, cuando te cepillas el pelo, cuando me hablas en español, cuando pones cara de preocupación, cuando te asustas. Te amo y ahora mismo te estoy amando - nos besamos con mucho amor, todo el que teníamos acumulado, el que sentíamos el uno por el otro - ¿y tú? 
- Yo también.
- De una escala del 1 al 10 ¿cuánto me quieres?
- Un ocho.
- ¿Nada más?
- No me has dejado terminar - reí - un ocho tumbado.
- Me habías asustado, García - me besó la cabeza.
- No me vuelvas a llamar García.
- Te lo digo por que tú me llamas Tommo.
- Pero Tommo mola y García apesta - rió.
- Está bien, tienes razón... buenas noches Beast.
- ¡Eso tampoco! - le pegué en el pecho.
- Eres muy violenta, jovencita.
- Y tú eres muy imbécil, abuelito.
- ¡Eh! Que este culito no lo tiene un abuelito cualquiera - reí.
- Buenas noches, Lou. - le besé la mejilla y dejé que el sueño me venciera de una vez por todas.

lunes, 19 de marzo de 2012

Capítulo 43.

[Sigue narrando Louis]
- ¡¿Qué?! - grité - ¡No puede ser!
- Pues así es - dijo mientras otra lágrima caía por su rostro. No me lo podía creer, no me lo quería creer, no iba a dejar que Alejandra volviera a España, no iba a dejar que me dejara aquí solo.
- ¿Pero qué ha pasado? 
- Mi tío Antonio ha tenido un accidente de tráfico y está hospitalizado en Jerez - rompió a llorar, se me partió el corazón. La había visto llorar por Harry muchas veces y nunca había llorado así.
- ¿Ese es el tío que os dejó la casa a Louis y a ti? - preguntó Liam, ella asintió.
- Lo siento mucho cariño - le besé la cabeza - no hace falta que vayas a España, se pondrá bien.
- Necesito ir y verlo con mis propios ojos - intentó relajarse - ¿Y si no se pone bien? ¿Y si todo se complica y al final se muere? - lloró más solo de pensarlo - Me sentiría muy culpable, tengo que ir.
- Iré contigo.
- Ni hablar - se puso en pie para vestirse - te quedas aquí. Volveré en dos días, tres como mucho.
- Pero estás enferma - suspiré y la acompañé - no voy a dejar que vueles sola ¿y si te pasa algo?
- No pasará nada - cogió sus vaqueros y se puso una camiseta de Bob Esponja, se fue al baño para peinarse y aproveché para meterle la camiseta del Leeds Festival en la maleta. Si se iba a ir sin mí quería que la tuviera para que me recordara. Siguió haciendo la maleta.
- Está bien, me quedaré aquí pero déjame llevarte al aeropuerto.
- Vale - cogí la pequeña maleta que había hecho y la bajé. Saqué el coche del garaje mientras se despedía, entre lágrimas, de todos y cada uno de los chicos. Las chicas lloraban y la abrazaban con fuerza, a Liam se le escapó alguna que otra lagrimilla, Harry la abrazó con mucha fuerza mientras se esforzaba por no llorar y el resto de los chicos la abrazaron y le besaron en la frente. Durante el trayecto íbamos en silencio, solo se oían pequeños ruidos que Alejandra hacía con la boca, incluso en esa situación estaba monísima. Llegamos al aeropuerto y le saqué el billete aunque ella me prohibió pagarlo. Ya habían avisado para que los pasajeros de su vuelo subieran al avión.
- Bueno, ya está - suspiré - se ha acabado ¿no?
- No digas eso - me abrazó - esto no puede acabar así, no puede ser nuestro final, me niego, no.
- ¿Entonces?
- Entonces nada Louis - me miró fijamente - Sólo serán dos días, tres como mucho ¿vale? Seguiremos juntos siempre porque me niego a sufrir de nuevo, me niego a aceptar que salir contigo fue un error, me niego a decirte adiós. Así que te diré hasta luego, porque en dos días estaremos aquí, abrazándonos y diciéndonos lo mucho que nos hemos echado de menos.
- ¿Me llamarás? - pregunté con cara de niño chico.
- Cada hora - sonrió.
- Última llamada para los pasajeros del vuelo MA180 con destino España - mierda, llegó el momento de despedirse. 
- Te quiero - dijo mientras le abrazaba con fuerza.
- Sabes que yo también - nos besamos una y otra vez, no queríamos que ninguno fuera nuestro último beso pero lamentablemente, alguno tuvo que serlo. Me quedé ahí, de pie con los brazos colgando, sin fuerza para levantarlos, mirando como lo que más quería se iba - ¡mándame un mensaje cuando llegues y te llamo! - le grité desde la lejanía.
- ¡Vale! - respondió gritando justo antes de entrar por la puerta de embarque, me fui a un gran ventanal y esperé a que su vuelo saliera. Entonces lo vi, vi como un avión despegaba y no pude evitar que una lágrima cayera de mis ojos. Sentí una sensación amarga, sentía que iba a perderla para siempre. Volví a casa con la expresión triste, tan triste que todos los chicos me abrazaron nada más que entré por la puerta. A medida que avanzaba la tarde, las chicas me hacían mimos para intentar animarme pero era imposible, nadie me mimaba como lo hacía Alejandra. Mi blackberry sonó y fui corriendo a donde estaba, me había llegado un mensaje al chat.
Alejandra García: "Ya he llegado a Málaga, ahora cogeré un autobús hasta Jerez xx".
No le respondí, decidí llamarla.
-------------------- CONVERSACIÓN TELEFÓNICA ---------------------
- ¡Boo Bear! - me emocioné al oír su voz, lo dijo con un tono feliz así que sonreí.
- ¡Bichito! - pude oír una pequeña risa - ¿qué tal el vuelo?
- Aburrido, he dormido todo el rato y me duele la espalda porque no tenía a nadie al lado para apoyar la cabeza.
- Pobre - suspiré - ¿Sabes dónde tienes que coger el bus?
- Sí, ya estoy esperándolo - carraspeó - en cinco minutos llega.
- ¿Cómo estás? - su voz sonaba mejor pero me preocupara que su resfriado empeorara.
- Bien, dormir me ha sentado bien... creo que ya estoy mejor.
- Me alegro - sonreí como un bobo.
- Oye, tengo que colgar que te va a salir muy caro, te aviso cuando llegue a Jerez.
- Está bien - suspiré, no quería volver a decirle adiós - Te quiero.
- Y yo, mucho - sonreí de nuevo, los chicos me hicieron señas.
- Los chicos dicen que te quieren y que te echan de menos.
- Diles que yo también - rió levemente - hasta luego.
----------------- FIN DE LA LLAMADA -------------------
Era la hora de la siesta pero esta vez ninguno de los chicos se durmió, estaban todo el rato haciéndose carantoñas y eso me dolía, me recordaba que ya no tenía a Alejandra a mi lado.
- Si vais a seguir así iros a las habitaciones - dije en plan de broma.
- Eso tíos - añadió Harry, estaba muy raro últimamente.
- Calabacita, ¿puedo hablar contigo? - asintió y nos fuimos al jardín - ¿qué cojones te pasa?
- Nada - respondió distante.
- No me mientas, Harry, te conozco perfectamente y sé que algo va mal.
- Te equivocas - dijo igual de frío.
- Harry, ¿por qué no besas a Ana y estás con ella en plan cariñoso? - hubo un silencio, parecía que no iba a responderme pero finalmente lo hizo.
- Porque no estamos juntos - me quedé helado.
- ¿Habéis roto?
- No, nunca estuvimos juntos.
- Pero si Alejandra os vio besándoos e incluso tú le dijiste que lo estabais.
- No nos estábamos besando, la perspectiva hizo que Alejandra viera eso - no entendía nada.
- ¿Y por qué le dijiste que estabais saliendo? - estaba perplejo, no pillaba nada.- ¿Por qué me lo dijiste a mí también?
- Alejandra me dejó por ti, porque te quería. No sé desde cuándo empezó a sentir eso, lo importante es que se dio cuenta y me dejó para no hacerme daño - hizo una pausa - Le dije eso para que le fuera más fácil olvidarse de mí, para que recuperara la felicidad más rápido y te lo dije a ti para que espabilaras y le pidieras salir, para que los dos fuerais felices juntos.
- ¿Por qué?
- Vamos Louis, sé que te gustó nada más que oíste su voz detrás de la puerta y que te jodió un montón que salieras conmigo, cada vez que Alejandra se acercaba a mí tu expresión cambiaba por completo pero intentabas ocultarlo y yo me di cuenta - carraspeó - Pero vamos, puedes estar tranquilo, no me pasa nada.
- Harry, sí te pasa algo ¿cuándo aceptarás tus sentimientos y los mostrarás para que te ayudemos?
- No puedo hacerlo.
- ¿Por qué?
- Porque sigo queriendo a Alejandra ¿vale? - me miró fijamente - Nunca la he olvidado pero ella a mí sí, por eso no puedo mostrar mis sentimientos.
- Lo siento - no tenía ni idea de que Harry la siguiera queriendo, ni lo había sospechado.
- No sientas nada, el amor no se puede controlar, es algo que maneja el destino - sonrió - No quiero que te sientas mal o que te dé cosa mostrar tus sentimientos con Alejandra en público por mi culpa, no quiero que te dé reparo besarla ni decirle que la quieres por miedo a que yo me sienta mal ¿vale? 
- ¿Qué harás?
- Olvidarla, debo hacerlo. Debo olvidarla por mi bien, por nuestro bien, el suyo y el tuyo - Harry estaba siendo muy maduro, me estaba sorprendiendo y lo abracé. En ese momento, mi blackberry, que no la había soltado en toda la tarde, volvió a sonar. Otro mensaje en el chat.
Alejandra García: "Ya estoy en Jerez, voy al hospital y allí no se puede usar el móvil así que te llamaré cuando esté en mi casa de Chipiona, te quiero mucho xx".
Harry vio la sonrisa que apareció en mi cara.
- Era ella ¿no? - asentí.
- Ya ha llegado a Jerez y va a ir al hospital con su tío - nos quedamos en silencio, yo miraba al móvil y él me miraba a mí.
- No tío, ni se te ocurra - me había leído el pensamiento, me conocía muy bien.
- Debo hacerlo.
[Narra Alejandra]
El viaje en avión se me había hecho eterno, me había tocado sola y había dormido malamente porque no tenía un hombro en el que apoyarme. Hablar con Louis al aterrizar me había alegrado un poco pero a la vez me había deprimido y es que le echaba muchísimo de menos. El trayecto en bus también lo pasé dormida. No tenía energía ya que, además de que estaba enferma, me faltaba mi mitad, esa mitad que me daba toda la energía y la fuerza que necesitaba y que ahora mismo estaba en Londres. Al llegar a la estación de autobuses de Jerez le mandé un mensaje al chat y me lo respondió en seguida.
Louis "The Tommo" Tomlinson: Vale, mucha suerte con tu tío y no te preocupes que seguro que no es nada. Me das un toque y te llamo, te quiero mucho xx". 
Sonreí como una tonta mientras esperaba al taxi que me llevaría al hospital. Estaba muy nerviosa, no sabía en qué condiciones estaba mi tío y, no os voy a engañar, me esperaba lo peor así que le dije al taxista que de diera prisa. Al llegar, le pregunté a la enfermera por la habitación de mi tío y me la dio acompañada de una gran sonrisa. Habitación 444, ¿casualidad? No sabía qué pensar. Llegué y llamé a la puerta, mi madre vino corriendo y me dio un gran abrazo al verme.
- ¡Cariño! - me apretaba mucho y me hacía daño, noté como una lágrima mojaba mi hombro.
- ¡Mamá! - le abracé más fuerte todavía y empecé a llorar con ella - te he echado mucho de menos.
- Y yo, mi vida - nos separamos, me acarició la cara y me dio un beso.
- ¡Papá! - fui corriendo y le abracé con todas las fuerzas que me quedaban, no había hablado con él desde que me fui el 23 de junio y era una de las personas que más quería en este mundo.
- ¡Princesita! - mi padre reía y lloraba de felicidad - ¿cómo estás?
- Bien - tosí - bueno, resfriada ¿y Sergio? ¿y Andrea?
- Luego los verás - dijo mi padre con una sonrisa.
- ¿Cómo está el tito? - pregunté sin mirar a la camilla, me daba miedo las condiciones en las que pudiera estar mi tío.
- Está bien - dijo mi madre - ahora mismo está durmiendo.
- El accidente fue muy grave pero los médicos lo mantuvieron estable - mi padre sonreía mirando a su hermano gemelo con orgullo.
- ¡Qué bien! - estaba muy feliz, feliz de mantener una conversación en español, feliz de estar con mis padres, con mi padre y feliz porque mi tío estaba bien.
- No me lo puedo creer - una voz ronca, como ahogada y con asfixia provocó silencio en la sala - ¿es posible que mi niña esté aquí?
- ¡Tito! - me acerqué corriendo a la camilla y lo abracé con fuerza mientras lloraba.
- No llores bonita - me apartó el pelo de la cara y entonces lo vi. La cara la tenía hinchada y amoratada, los brazos y las piernas escayolados y el tronco inmóvil - no tienes por qué llorar.
- Sí tito, sí tengo por qué llorar - cogí aire - estoy muy feliz de estar con vosotros, de que estés bien pero he dejado en Londres a nueve personas muy importantes para mí.
- Eres tonta, Ale - tosió - no tenías que haber venido.
- Es que la llamada de mamá me asustó y... no lo pensé dos veces - le di un beso en la mejilla.
- La hora de visitas ha terminado - una enfermera joven pero con pinta de sosa entró en la habitación y nos echó - vuelvan mañana.
Salimos de la sala muy felices, cogidos de las manos. Sí, tenía 16 años e iba por ahí cogida de las manos de mis padres pero no me importaba porque llevaba más de un mes sin verlos. Nos metimos en el coche y les conté, sin detalles, la experiencia en Madrid y lo que estábamos viviendo en Londres ¿por qué sin detalles? Porque luego me harían repetírselo todo a mis hermanos. Al bajar del coche ya en Chipiona, aspiré profundamente. Me encantaba el olor a mar y a arena caliente que desprendía ese pueblo. Miré el reloj, las 18:30, quizás me diera tiempo a bajar a la playa a saludar a mis amigos. Entré en casa y millones de recuerdos vinieron a mi mente. 
- ¡Alejandra! - mi hermano Sergio bajaba de la primera planta a gran velocidad para darme un abrazo. Cómo lo quería, joder. Quizás esté mal decirlo pero él siempre había sido mi hermano favorito y creo que el sentimiento era mutuo.
- ¡Sergio! - nos abrazamos con tanta fuerza que me elevó, al separarnos me beso la mejilla millones de veces. Había cambiado mucho ¿cómo era posible que alguien de 21 años hubiera cambiado tanto en poco más de un mes? quizás era mi impresión.
- Te he echado de menos, imbécil - me pegó en la cabeza, era nuestra forma de decirnos que nos queríamos, la forma más sincera.
- Y yo, idiota - le pegué en el pecho.
- Me voy a la playa ¿vale? - me cogió el culo. Mi hermano siempre me cogía o me mordía el culo, le encantaba y me encantaba, era una cosa nuestra.
- Está bien, cuando vuelvas os cuento todas las novedades.
Subí a la primera planta, allí estaban la habitación de Sergio y la de Andrea. La mía estaba en la buhardilla, me la pedí nada más que compramos la casa, al principio me daba miedo dormir sola y llamaba a mis hermanos pero luego se fue convirtiendo en mi pequeña cueva de verano. La casa estaba en primera línea de playa y desde la ventana de mi buhardilla se veía toda la playa y me ayudaba a pensar, quizás por eso algo me dijo que la eligiera cuando tenía 8 años. Entré en la habitación de Andrea, estaba escuchando música y jugueteando con su blackberry así que me acerqué por detrás y le hice cosquillas.
- ¡Alejandra! - nos abrazamos muy fuerte y vi como intentaba no llorar - ¿qué haces aquí?
- He venido a ver al tito - miramos al suelo - ¿qué haces tú aquí? ¿por qué no bajas a la playa?
- Eso iba a hacer en un ratito ¿te vienes?
- No, iré a la caleta a ver a mis amigos y volveré, tengo muchas cosas que contaros - le di un beso en la mejilla - ¡Son las 19! Más vale que vaya ya.
- ¿Por qué tanta prisa? Ellos se quedan hasta la 1 de la madrugada en la playa.
- La cena ¿no?
- Alejandra, siempre cenamos a las 22 más o menos - me miraba extrañada.
- ¡Hostias verdad! Es que tengo jet lag - reímos - da igual, me voy ya que estoy muy cansada con tanto viaje.
No subí a mi habitación, no tenía tiempo de recordar viejos tiempos quería ir a ver a los chicos ya. Salí sin dar explicación alguna a mis padres y fui al sitio de siempre, a la caleta del faro. Allí estaban, jugando al fútbol. Me apoyé en el muro de la banda de la playa y miraba como Juan, mi primo David, Pablo y más chicos que no conocía le daban patadas a la pelota. Entonces Pablo dirigió su mirada hacia mí, no cayó en que era yo y volvió a mirar al balón pero miró de nuevo rápidamente.
- ¡No me lo puedo creer! - gritaba repetidamente mientras venía corriendo hacia mí, los demás le preguntaban que qué hacía mientras yo me reía - ¡Enana! 
- ¡Feo! - nos fundimos en un gran abrazo, Pablo era otra de las personas que más quería en el mundo.
- ¿Qué haces aquí? ¿No estabas en Londres? ¿Qué ha pasado? - estaba nervioso y emocionado
- He venido por mi tío. Sí, estaba en Londres. No ha pasado nada - nos reímos.
- Dijiste que iba a aguantarte todo agosto, me lo prometiste pero te fuiste a Londres - dijo haciendo pucheros.
- Pablo, lo siento pero es que debía irme - me abrazó de nuevo y me besó la cabeza una y otra vez. Bajamos a la playa y David y Juan se acercaron.
- Hola - Juan me dio dos besos, era un chico muy guapo del que me había enamorado el verano anterior, tuvimos una especie de rollo, nada serio. 
- ¿Nada más? Has estado un año sin verme.
- Es cierto, estás muy guapa - sonreímos y nos abrazamos.
- ¡David! - abracé a mi primo con fuerza - eres un soso, ni siquiera me has llamado.
- Lo siento - dijo triste.
- Eso ya no importa - sonreí - me alegro mucho de veros pero tengo que irme.
- ¿Ya? - dijo Pablo - ¡no puede ser!
- No vengo a quedarme todo agosto ¿sabes? Ahora que sé que mi tío está bien me iré mañana o pasado.
- ¿Por qué? - preguntó Pablo de nuevo - ¿es por ese capullo, Harry?
- Pablo, no es un capullo y no, no es por él, lo dejamos hace tiempo.
- Lo siento - me abrazó - ¿entonces por qué quieres volver?
- Por las chicas y por los chicos, sobre todo por Louis, estoy con él.
- ¿Con Louis? - sonrió - Me alegro, Louis es un personaje, me cayó de puta madre cuando lo conocí.
- Me alegro de que te alegre, feo - nos abrazamos de nuevo - tengo que irme, son las 20 y quiero cenar y dormir ¿Vale?
Les di un beso y un abrazo a cada uno y volví a casa, mi madre había sido muy considerada al preparar ya la cena, al haber pensado en el jet lag. Mis hermanos llegaron a las 21 y les conté todo en la cena, esta vez con muchos detalles. Les conté lo de Harry, lo de Louis, lo de que rompimos, lo de que volvimos, lo de las revistas, todo.
- ¿Mi hermanita es famosa en Londres? - dijo Sergio flipando.
- No te pases.
- Según tú dos revistas dicen que Louis y tú sois la pareja más divertida y guapa de Londres, eres famosa - dijo Andrea.
- ¿Cuántos años tiene ese tal Louis? - preguntó mi hermano, era muy protector.
- Cumple 21 en diciembre - dije rápidamente.
- ¿Tiene mi edad? - Sergio flipaba y yo asentí - pues tendré que conocerlo para darle el visto bueno.
Mi hermano y sus celos protectores, en fin. Después de hablar tranquilamente, subí a mi buhardilla por primera vez en un año y no pude evitar emocionarme. Las paredes amarillas estaban llenas de pósters de los chicos, los muebles estaban llenos de fotos con Juan, David, Pablo y las chicas y mi cama, bueno, esa cama de matrimonio con las sábanas amarillas era estupenda. Me tiré y oí mi blackberry.
Louis "The Tommo" Tomlinson: "¿Has llegado ya?"
Yo: "Sí."
Mis hermanos estaban preparándose para salir, mi madre estaba limpiando los platos y mi padre viendo la tele así que, cuando llamaron a la puerta, tuve que ir yo a abrir. Llamaron insistentemente así que bajé muy rápido.
- ¡Ya voy! - gritaba mientras bajaba.
Agarré el pomo, lo bajé con fuerza y abrí.
- Te quiero - dijo con un hilo de voz. Me quedé en shock, era la última persona que esperaba ver allí.